Este artículo apareció en la edición del 16-30 de junio del periódico Maoísta nepalí Estrella Roja. Escrito por el camarada Netrabikram “Biplap” Chand (Miembro del Secretariado, Comité Central, PCN (Maoísta). La traducción para Correo Vermello fue hecha por la c. Eva P.
Nuestra revolución está en fase de negociación y nuestro partido contempla el compromiso como otro aspecto de la lucha de clases. La cuestión de si la revolución se logrará mediante el compromiso o será empujada hacia la contrarrevolución, aún no está cerrada. Existe una dura e incesante lucha entre dos visiones del mundo diferentes que atrae la atención nacional e internacional.
El marxismo acepta la opción de llegar a compromisos; sin embargo considera imposible lograr una revolución a través de demasiados compromisos. Puede ser útil en el momento en que la revolución intenta conquistar el poder pero es imposible asegurar ese poder para el proletariado solo a través de los compromisos. Las tendencias reformistas y oportunistas en cambio, conceden a esta vía toda la importancia. Creen que la sociedad y el poder del Estado pueden ser cambiados a través de la “negociación” en vez de la revolución.
Nuestro partido, el PCN (Maoista), y el Congreso Nepalí (CN) se encuentran en puntos distintos en cuanto a la negociación. Desde el punto de vista de la lucha de clases, el CN no ve la necesidad de una revolución en Nepal. Desea negociar con el PCN (maoísta), el PCN (UML) y otros partidos, repartiendo los ministerios. Según el CN esto es suficiente para avanzar económicamente. La revolución política no es necesaria.
Según el CN, el debate lógico y la planificación de la revolución son actividades extremistas. Sugieren que PCN (Maoísta) no debería hacer la revolución sino que debería contentarse con compartir la tarea de gobierno. Pero el objetivo último del PCN (Maoísta) es el comunismo mediante una República Popular pasando por el socialismo. Para ello, el Estado debe estar bajo el liderazgo del Partido Comunista. Por tanto, nosotros, los maoístas, nos oponemos al “negociacionismo” aunque no estamos en contra de llegar a ciertos compromisos.
Debido al impacto de la lucha de clases, están surgiendo en el partido diferentes formas de ver esta tendencia a los pactos y ala negociación. Esto no debe sorprendernos. La tendencia negociacionista se está extendiendo como una enfermedad en nuestro partido. A través de la llamada “revolución” económica y el reparto de poder se acabará con la revolución política. No se puede depender de los elementos hostiles ignorando las bases para asegurar el poder.
El CN quiere empujar al país a una contrarrevolución. Pretenden que un partido comunista científico y una revolución proletaria se hundan en las aguas estancadas del viejo estado. Han incluido una demanda de siete puntos en la que se propone la disolución del YCL, el PLA y un retroceso de los logros de la guerra popular.
Solo si el PCN (M) acepta esas condiciones previas podrá entrar en el gobierno. El propósito de imponer esas condiciones es el de empujar al país hacia la contrarrevolución. Por ello debemos difundir los medios y fundamentos de la revolución. Consolidemos el partido, el PLA y el Frente Unido a un nuevo nivel. Establezcamos una visión política y económica clara para tomar el poder.
Ya hemos disuelto los centros de poder popular, los juzgados populares y las milicias populares. Nuestras comunidades, cooperativas, las instituciones sanitarias y educativas establecidas durante la guerra son ahora más débiles. En esta situación, si aceptamos los siete puntos del CN, directa o indirectamente estaríamos declarando el fin de la revolución. No ha habido un debate importante sobre esto pero muchos piensan que no es determinante el hecho de que aceptemos los siete punto o no. Esto ayudará a los interese del CN.
El compromiso es una condición poco habitual para una revolución. Las cosas aparecen como tranquilas en los períodos de acuerdo y negociación pero esto es solo una ilusión. Dos formas de pensamiento, tendencias y fuerzas rivales están luchando terriblemente tras una cortina. Bajo el disfraz del compromiso ambas intentan ganar, destruir a la contraria. Cuando una parte cree que va a ser destruida por la otra empieza a protegerse. Si no lo logra dará comienzo la confrontación entre revolución y contrarrevolución. Entonces se rompe el equilibrio. Esto ya ocurrió en nuestro país. Hasta ahora el CN y los imperialistas creían poder acabar con el PCN (M) antes de las elecciones. Mucha gente y organizaciones amigas pensaron que lo lograrían pero el pueblo protegió al PCN (M) como a su propio hijo. Al fracasar entonces el CN, quieren ahora intentar la estrategia de los siete puntos. Vencimos en las elecciones pero si no cuidamos la revolución será nuestra ruina. Debemos acabar con la situación de compromiso para defenderla.
El compromiso tiene mucho que ver con la situación mundial. Si queremos aprender de las revoluciones del siglo pasado hay que pensar en este tema. Debemos profundizar y desarrollar una nueva ideología y conocimientos para resolver los problemas y poder proteger la revolución en Nepal. Aunque no sea suficiente debido a las necesidades presentes, la participación del comité del MRI, el PCR y el PCI (M) nos han animado mucho con sus propuestas.
A corto plazo es posible negociar en una revolución pero solamente por esta vía no se llega a ella. Los imperialistas y reaccionarios quieren empujar la revolución hacia una contrarrevolución pero los comunistas revolucionarios quieren convertir el compromiso en revolución. La conspiración para hacer del compromiso una contrarrevolución está avanzando en Nepal. Debemos hacerla fracasar uniendo todas las fuerzas revolucionarias del mundo. Cualquier revolución en cualquier lugar del mundo es parte de la revolución mundial. Los compromisos también. Los revolucionarios del mundo debemos unir nuestros esfuerzos para convertir el compromiso en revolución, rechazando el “negociacionismo” ya que la revolución es necesaria.
Recibido el 24 de junio de 2008
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