sábado, 30 de abril de 2011

Filme - A DOUTRINA DO CHOQUE

“A doutrina do choque” – o filme imperdível

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http://vimeo.com/21049802
Filme-documentário baseado no livro-denúncia “A Doutrina do Choque - A Ascenção do Capitalismo de Desastre”, da pesquisadora e ativista política Naomi Klein.


Vídeo com 1h e 18 min. de duração. Legendas em português.

A Razão do Estado

La Razón de Estado,
un «pragmatismo» absolutamente equivocado

Néstor Kohan

Los hechos

Ya se conocen. Lo extraditaron rápidamente. Sin mayores trámites y sin dudarlo un segundo.

Toda nuestra solidaridad para el periodista y compañero Joaquín Pérez Becerra. Le esperan momentos muy duros. La burguesía colombiana, mafiosa y corrupta, y sus amigos del norte que dirigen esa mafia, no perdonan ni tienen clemencia. Interrogatorios, tortura, vejaciones, montajes, sentencias preanunciadas reñidas con la ley, cárcel, aislamiento.

Primera reacción

Sorpresa, indignación, asco, odio, tristeza. Muchas preguntas.

Segunda reacción

Analizar razones y objetivos.

¿Qué busca el gobierno de Colombia?

Con esta nueva operación, el gobierno de Santos se muestra tal cual es: la continuidad absoluta del gobierno de Uribe (mal que le pese a más de un ingenuo que cree que Santos es una inocente caperucita y no quien bombardeó Ecuador y, en tanto jefe del Ministerio de Defensa en tiempos de Uribe, el responsable de miles de cadáveres en fosas comunes).

¿Qué persigue? Un triple objetivo:

(a) Generar miedo. La pregunta obvia que todo el mundo comienza a hacerse (algunos ya lo han escrito, otros sólo lo han pensado en voz baja) es la siguiente: ¿Quién es el próximo? Si alguien que tiene pasaporte sueco y vive hace décadas en Suecia (“paraíso” imaginario de la socialdemocracia, país “civilizado” y pluralista bien alejado del Tercer Mundo) termina apresado como un animalito por estas bestias sedientas de sangre… ¿qué queda para los que vivimos en América Latina donde la vigilancia, las amenazas, la represión y la muerte están a la vuelta de la  esquina?

(b) Golpear a toda la disidencia. Ya no solo contra la insurgencia comunista en sus fuerzas directas —secretariado, bloques, frentes y combatientes de las FARC-EP o militantes del Partido Comunista Clandestino, fuerzas del ELN, etc.—), sino contra el abanico entero de  la disidencia, incluyendo hasta al más alejado intelectual aunque viva al otro lado del planeta y que se haya animado a escribir dos líneas alertando sobre las violaciones a los derechos humanos, las fosas comunes con miles y miles de cadáveres tirados como animales, sin tumba, sin identificación, torturados con las manos atadas y vejados, o que haya denunciado los vínculos del gobierno de Colombia y de sus principales instituciones con el narcotráfico, los paramilitares, la economía sucia y la delincuencia.
Allí, en esa persecución global de la disidencia, se inscriben desde las ridículas causas judiciales contra la senadora Piedad Córdoba (que según tengo entendido no anda con un fusil al hombro sino predicando la paz y llamando al diálogo), hasta el juicio contra el periodista chileno Manuel Olate (cuyo pecado más atrevido fue… hacer un reportaje); desde las amenazas públicas de muerte contra los cineastas que se animan a oprimir PLAY en un proyector en festivales de cine para ver un documental hasta la persecución de unos jóvenes nórdicos, no recuerdo si daneses o noruegos, que se animaron a imprimir unas camisetas con el logo de la insurgencia colombiana (¿las camisetas con la imagen del Che y su boina o las del sub Marcos con su pipa son cool, pero las remeras con símbolos de las FARC-EP son «terroristas»?).
Los ejemplos son muchísimos. Imposible recordarlos todos. Pero siempre tienen el mismo tenor. Mirados en conjunto son ridículos, grotescos, bizarros, irracionales y profundamente reaccionarios. Así es el régimen colombiano, mal llamado “democrático”.

(c) Impedir la solidaridad internacional. Que la disidencia colombiana se sienta aislada y solita. Que nadie en el mundo —incluso viviendo en Europa— se anime a decir ni “mu” por miedo a ser vigilado, perseguido, demonizado y llegado el caso extremo extraditado. Que todo el mundo se calle. Que hasta el último curioso mire sumisamente para abajo y tenga las manos en la espalda. Que haya silencio, mucho silencio, para que continúen los negocios y los asesinatos. Y si alguien se anima a disentir, supongamos el Papa de la Iglesia Católica Apostólica Romana o el secretario general de la ONU, Riki Martin o Shakira, Calle 13 o Calamaro, puede llegar a aparecer en los computadores mágicos de Raúl Reyes…

Eso es Colombia hoy y eso ha sido durante las últimas décadas. No es novedad. Es indignante, genera ganas de vomitar, pero no es novedad.

¿Y el Gobierno de Venezuela?

¿Cuál es la novedad entonces de la extradición del periodista Joaquín Pérez Becerra? Lo que nos partió al medio es lo que ha hecho el gobierno de Venezuela.

Tampoco es una novedad absoluta, porque hubo antecedentes en los últimos tiempos.

Pero este caso ya es escandaloso. Un bochorno. Supera todos los límites. En estos dos días me han escrito muchísimos amigos venezolanos o que viven en Venezuela. Todas las cartas, los emails y las comunicaciones empiezan igual: “estoy tristísimo”, “no entiendo nada” y muchas otras frases similares.

¿Por qué pasó esto? Intentemos ir más allá de la anécdota puntual, que en pocos meses, cuando Estados Unidos invada un nuevo país y asesine a otras 100.000 personas, explote otra central nuclear o haya un terremoto, pocos recordarán.

¿Cómo explicar lo inexplicable, al menos para quienes defendemos el proceso bolivariano y consideramos al presidente Hugo Chavez un compañero bolivariano y uno de los principales líderes políticos de la revolución latinoamericana de nuestros días?

Lo que pasó tiene un nombre preciso: “Razón de Estado”. El predominio impiadoso de supuestos “intereses geoestratégicos” que el común de la gente, supuestamente, no comprende, pero que habría que privilegiar, aun violando los principios revolucionarios y solidarios más elementales.

¡La “Razón de Estado”! Monstruo canceroso que todo lo devora.

Siempre invocada a la hora de hacer concesiones a los enemigos históricos, pactos inmundos con los verdugos, renuncia a las banderas más queridas y entrañables de los pueblos, aquellas mismas que en Venezuela han permitido derrotar un golpe de estado, a la CIA y a toda la derecha escuálida durante más de una década.

Que la “Razón de Estado” huele a materia fecal, pocas narices lo pondrían en discusión. Sin embargo muchos la defienden porque piensan y creen, ingenuamente, que es realista, pragmática y —esto sería lo que el común de la gente no entendería por dejarse llevar por sus pasiones—, a la larga sirve a la causa revolucionaria.

¿Es así? Sospechamos que no. Cada vez que un proceso de transición hacia una sociedad diferente, no capitalista, que intenta realizar cambios sociales en profundidad, comenzó a privilegiar la “Razón de Estado”… las cosas salieron mal, muy mal, pésimas.

Si les das la mano, se toman el codo”, dice un refrán popular. Si le concedes 10%, los enemigos van por el 50% y una vez que lo consiguen van por el 100%. Entregar al gobierno de Colombia a este periodista… no sólo va contra la ética revolucionaria, no sólo rompe las normas mínimas del ideal bolivariano y el internacionalismo socialista, además constituye un gravísimo error político y estratégico. El compañero Hugo Chávez y el proceso que él encabeza quedan enormemente debilitados. El enemigo sabe que ahora puede ir por más. Si se dobló la mano, ahora pueden quebrar el codo.

Recuerdo en 1986 al comandante sandinista Tomás Borge —por entonces rebosante de prestigio entre muchos jóvenes— declarando ante una revista argentina “Vamos a civilizar a la burguesía”. ¿Sí? ¿En serio? Poquito tiempo después, en 1990, la burguesía nicaragüense terminó de “civilizar” a la revolución sandinista original.

El comandante Hugo Chávez no va a “civilizar” al paramilitarismo colombiano de esta manera o negociando con sus enemigos históricos (aunque se lo recomiende algún que otro amigo prestigioso que en otras décadas supo encabezar la revolución latinoamericana). De eso no cabe duda.

Ojalá se revise con urgencia esta política de “Razón de Estado” no sólo porque golpea profundamente la conciencia revolucionaria y bolivariana de nuestros pueblos, no sólo porque mancha la ética de la revolución, no sólo porque hace estragos en la credibilidad popular, no sólo porque transforma la bandera roja del socialismo y el comunismo en un trapo opaco y gris, sino porque además es ineficaz. No es realista. No es pragmática. No sirve más que para llevarnos al fracaso. Y eso no es lo que buscamos, ¿no es cierto?
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Anexo(s) de Gilberto Calil

quarta-feira, 27 de abril de 2011

Monarquia x Republica - Principe austriaco Otto Von Habsburgo

Enfocamos aqui o aspecto formal de Estado – a questão monarquia X república – que costuma ser discutido a partir de um ponto de vista mais emocional que racional. O debate gira em torno de argumentos ad hominem. Uns poucos ocupantes de tronos reais de reputação duvidosa são enumerados e apresentados como demonstrativos característicos da monarquia. Os defensores da monarquia não fazem melhor. Apontam políticos profissionais corruptos, dos quais existe um número suficiente, e proclamam que tais são um resultado inevitável da constituição republicana. Nenhum dos dois argumentos é racional. Sempre houve monarquias boas e más, repúblicas boas (como a Suíça) e outras que estão longe de equiparar o mesmo padrão.
Toda instituição humana tem, a princípio, bons e maus aspectos. Enquanto este mundo for habitado por homens, e não por anjos, crimes e erros continuarão a ocorrer . . . Republicanos são afeitos ao reclame de que o regime monárquico subentende o poder da aristocracia. Monarquistas, por outro lado, enumeram as dificuldades econômicas, as cargas tributárias e a interferência do Estado na vida privada, nas repúblicas atuais, e comparam tal estado de coisas com a liberdade e o bom andamento econômico ocorrentes nas monarquias de pré 1914. Nem um nem outro argumento é convincente. Ambos recorrem ao velho artifício midiático de comparar resultados oriundos de causas completamente diferentes. Quem seja honesto comparará monarquias atuais com repúblicas atuais, tornando, assim, evidente que a aristocracia hereditária não ocupa nas monarquias maior parcela das posições de comando que nas repúblicas, e que todos esses estados, qualquer que seja sua forma de governo, são igualmente afetados pelos sérios problemas de nossos dias.
Republicanos costumam, também, aduzir que a monarquia é uma forma de governo pertencente ao passado, ao passo que o republicanismo é algo do futuro. Basta um ligeiro conhecimento de história para refutar tal argumento. Ambas as formas existem desde tempos remotos (embora os períodos monárquicos tenham-se geralmente prolongado consideravelmente mais que os republicanos). Em termos de exemplos, seria um contra-senso considerar instituições como as que vigoraram outrora na velha Grécia, Roma e Cartago, como formas de governo do futuro.
Em termos de discussão objetiva, devemos também pôr essa questão em seu devido lugar, em nossa hierarquia de valores. Não é por acaso que falamos de uma "forma" de governo. Há uma grande diferença entre a "forma" e o "conteúdo" – ou propósito – do estado. Este último é sua essencial raison d'etre, seu verdadeiro espírito. O anterior corresponde à forma corpórea de uma existência viva. Um não pode, certamente, viver sem o outro, mas em uma lúcida hierarquia de valores o espírito ocupa um lugar mais alto que o corpo.
O propósito essencial do estado, seu "conteúdo", é enraizado numa lei natural. O Estado não é um fim em si mesmo; ele existe em prol de seus cidadãos. Ele não é, portanto, a fonte de toda lei (conceituação, no entanto, ainda amplamente aceita), nem é todo-poderoso. Sua autoridade é circunscrita aos direitos de seus cidadãos. Ele é livre somente para atuar nos campos que estão fora da livre iniciativa dos mesmos. O estado sempre é, portanto, o servidor da lei natural. Sua função é dar efeito prático a essa lei, e nada mais.
Se a missão do Estado é a realização prática de uma lei natural, a forma de governo é um meio pelo qual a comunidade procura alcançar este objetivo. Não é um fim em si mesma. Isto explica a importância relativamente subordinada de sua questão geral. Sem dúvida, é de muita importância a escolha dos meios certos, desde que tal escolha vá determinar se o fim está ou não sendo alcançado. Mas a única coisa permanente na vida política é a lei natural. A busca de realizar tal lei na prática terá frequentemente que levar em consideração as circunstâncias localizadas. Falar numa forma de governo eternamente válida, justa em quaisquer circunstâncias, demonstra ignorância e presunção.
A partir disto, conclui-se que é infrutífero tentar determinar – sobretudo a partir de falsas premissas filosóficas – o valor objetivo de uma ou outra forma de governo. A discussão só será fruitiva se nós tivermos em mente a finalidade que qualquer forma é designada a servir. Esta não é, portanto, uma questão de se investigar que valor associaremos às monarquias ou às repúblicas, como tal. O que temos de perguntar a nós mesmos é que forma oferece as melhores chances de salvaguardar a lei natural, dentro das condições atuais.
Uma vez esclarecido este ponto, podemos passar a dois outros problemas, que têm sido frequentemente introduzidos nesta discussão e ameaçam envenenar a atmosfera geral. Há constante controvérsia sobre a relação entre monarquismo, republicanismo e democracia. Aqui nos deparamos novamente com o turvo pensamento característico da nossa era de slogans e propaganda. O conceito de democracia tornou-se infinitamente elástico. Na Rússia, tal é compatível com liquidações em massa, polícia secreta e campos de trabalho. Na América, por outro lado – e ocasionalmente na Europa – teóricos políticos são frequentemente inábeis para distinguir entre republicanismo e democracia. Além disso, ambas as palavras são usadas para designar concepções e características que fogem ao campo da política e pertencem à esfera econômica e social. Deve, por conseguinte, ficar claro que, falando em termos gerais, democracia quer dizer o direito do povo de participar na determinação de seu próprio desenvolvimento e futuro.
Se aceitamos tal definição, veremos que nenhuma das duas formas clássicas de governo é, por natureza, ligada à democracia. Democracia pode existir dentro de ambas as formas, assim como existem tanto repúblicas quanto monarquias autoritárias. Os monarquistas, realmente, costumam considerar as funções da democracia melhor dentro de uma monarquia que numa república. Se olharmos para a Europa atual, há, certamente, alguma verdade nesse argumento, embora sua validade possa restringir-se a tempo e espaço. Ao mesmo tempo, é preciso observar afora que em pequenos estados que estão fortemente enraizados em suas tradições, tal como a Suíça, democracia e republicanismo podem coexistir com sucesso.
Ainda mais acalorada é a discussão de monarquismo e socialismo, e republicanismo e socialismo. Isto se deve, em grande parte, ao fato de que nos países de língua alemã a grande maioria dos partidos socialistas oficiais são republicanos por condição. Nisto percebemos, entre mentalidades estreitas e pouco preparadas, a crença de que socialismo e monarquismo são elementos incompatíveis. Tal conceito funda uma confusão básica. Socialismo – ao menos em sua forma atual – é essencialmente um programa econômico-social. Nada tem a ver com forma de governo. O republicanismo desse partidos socialistas não emana de seus programas efetivos, mas satisfaz às crenças particulares de seus líderes. Isto é demonstrado pelo fato de que a maior parte da realmente poderosa Europa socialista não é republicana, mas monarquista. É este o caso na Grã-Bretanha, na Escandinávia e na Holanda. Em todos esses países encontramos não apenas excelentes relações entre a Coroa e os socialistas, como também a ninguém poderá escapar a impressão de que uma monarquia provê um melhor lastro para os partidos trabalhistas que uma república. Um dos grandes líderes do Partido Trabalhista Britânico explicou isto como a influência equilibrante e moderadora da Coroa, que dá condições aos socialistas de conduzir seu programa com mais vagar, mais prudência, e, a partir disso, com maior sucesso. Ao mesmo tempo, um dirigente erguido sobre os partidos representa uma satisfatória salvaguarda para a oposição, tal que não é necessário recorrer a meios extremos para recuperar poder. O partido pode aguardar mais calmamente os desenvolvimentos.
Seja isto verdade ou não, os fatos comprovam que não faz sentido desenhar uma linha divisória artificial entre monarquismo e socialismo, ou entre monarquismo e democracia clássica. O mesmo se aplica ao republicanismo. Outro ponto merece ser mencionado. Trata-se da frequente confusão, em particular em meio àqueles não versados em ciência política, entre monarquia como forma de governo e uma ou outra dinastia monárquica; em outras palavras, a confusão entre monarquismo e legitimismo.
Legitimismo, um laço especial com uma pessoa ou uma dinastia, é algo que sempre será custoso discutir em termos razoáveis e objetivos. É uma questão de sentimento subjetivo, e, portanto, advogado ou contestado por argumentos ad hominem. Uma discussão racional sobre problemas correntes deve, portanto, fazer clara distinção entre monarquismo e legitimismo dinástico. A forma de governo de um Estado é um problema político. Deve, por conseguinte, ser discutido independentemente de família ou pessoa que esteja ou estivesse à cabeceira do estado. Nas monarquias sempre houve mudanças dinásticas. Por princípio, a instituição tem maior importância que seu representante; este último é mortal, ao passo que a anterior, em termos históricos, é imortal.
Observar uma forma de governo meramente com o olhar voltado ao seu representante leva a resultados grotescos. Neste caso, as repúblicas teriam de ser julgadas em bases não políticas, mas de acordo com as características de seus presidentes. Isto seria, evidentemente, o cúmulo da irretidão.
Vale acrescentar que entre os protagonistas do monarquismo na Europa republicana há relativamente poucos legitimistas. O Rei Afonso XIII da Espanha citou, certa vez, que o legitimismo não sobreviveria uma geração. Isto é importante onde há uma tradicional forma de governo fortemente estabelecida, com a qual a maioria dos cidadãos se sente satisfeitos. Mas esta espécie de legitimismo pode fundamentar-se tão bem em repúblicas quanto em monarquias. Alguém pode falar de legitimismo republicano na Suíça e nos Estados Unidos, tal como outro pode falar em legitimismo monárquico na Grã-Bretanha e na Holanda. Em mais países da Europa, tem havido, sem dúvida, muitas mudanças profundas no curso de séculos em que o legitimismo ocorreu em menor frequência. Em tais condições, é particularmente perigoso recorrer a argumentos emocionais.
Estamos agora numa posição de definir o que entendemos a cerca de monarquia e república. Monarquia é aquela forma de governo na qual o cabeça do Estado não é eleito, que funda seu cargo numa lei mais alta, associada ao princípio de que todo poder origina-se de uma fonte transcendental. Numa república, o mais alto cargo estatal é eletivo, pelo que sua autoridade deriva de seus eleitores, isto é, de um grupo particular que o elegeu.
Deixando de lado considerações puramente emocionais, há bons argumentos para essas duas formas básicas de governo. Os mais importantes argumentos em favor do republicanismo podem resumir-se nos seguintes: Em primeiro lugar, as repúblicas são, com poucas exceções, seculares. Elas não requerem apelo divino algum para justificar sua autoridade. Sua soberania, a fonte de sua autoridade, deriva do povo. Em nosso tempo, em que se rejeita cada vez mais os conceitos religiosos, ou, no mínimo, se os lega ao domínio da metafísica, conceitos constitucionais seculares e uma forma de governo secular são mais facilmente aceitáveis que uma forma enraizada, em última estância, em ideias teocráticas. É, por conseguinte, também mais fácil para uma república adotar uma versão secular dos Direitos Humanos. A vantagem que tal forma de governo oferece apareceria, portanto, como o fato de estar em sintonia com o espírito do nosso tempo, e, por extensão, com a grande massa populacional.
Em acréscimo, a escolha do cabeça de Estado não depende de um nascimento ancestral, mas da vontade do povo ou de uma elite. O término do cargo presidencial é marcado. O presidente pode ser removido, e se ele é incapaz, é fácil substituí-lo. Ele próprio é um cidadão comum, ele está em sintonia com a vida real. E é de se esperar que, com uma educação melhor, as massas tornar-se-ão, gradualmente, mais capazes da escolha do homem certo. Numa monarquia, por outro lado, uma vez que um mau chefe tenha ascendido ao trono, é quase impossível removê-lo sem derrubar completamente o regime. E ultimamente tem sido argumentado que qualquer cidadão pode, ao menos teoricamente, tornar-se presidente, o que estimula um senso de responsabilidade política e ajuda a população a alcançar maturidade política. O caráter patriarcal de uma monarquia, por outro lado, leva os cidadãos a apoiarem-se em seu chefe, e a passar toda a responsabilidade política às suas costas.
Em favor do monarquismo, os seguintes argumentos podem ser colocados: A experiência demonstra que reis geralmente conduzem melhor, e não pior, que presidentes. Há uma razão prática para isto. Um rei nasce em seu cargo. Ele cresce nele. Ele é, na mais precisa acepção da palavra, um "profissional", um expert no campo do ofício estatal. Através de sua vida, o expert plenamente qualificado é mais arrazoado que o amador, ainda que brilhante. Particularmente, em caso de dificuldade, assunto extremamente técnico – e o que é mais difícil que um Estado moderno? – conhecimento e experiência têm mais peso que o puro brilhantismo. Existe, certamente, o perigo de um incompetente suceder ao trono. Porém não foi um Hitler escolhido como líder, e um um Warren Harding eleito presidente? Nas monarquias clássicas da Idade Média, era ao menos possível substituir um sucessor ao trono obviamente incapaz por um mais adequado. Só com decadência do monarquismo, na fase do despotismo da corte de Versailles, é que esse recurso corretivo foi descartado. Nada seria mais apropriado a uma monarquia moderna que a instituição de um tribunal judicial que possa, se necessário, intervir para alterar a ordem de sucessão ao trono.
Mais importantes que as qualificações "profissionais" do rei é o fato de que ele não está atado a nenhum partido. Ele não deve sua posição a um corpo de eleitores ou ao suporte de interesses poderosos. Um presidente, por outro lado, é sempre devedor de alguém. Eleições são dispendiosas e difíceis de concorrer. O poder do dinheiro e as grandes organizações de massa geralmente se fazem sentir. Sem sua ajuda, é quase impossível alguém tornar-se cabeça de Estado de uma república. Tal suporte não é, de modo algum, concedido a troco de nada. O cabeça de Estado permanece dependente daqueles que o ajudaram na ascensão ao comando. Por consequência, o presidente não é mais o presidente de um povo todo, mas apenas daqueles grupos que o ajudaram a alcançar o cargo. Desse modo, partidos políticos ou grupos de interesse econômico podem controlar as mais altas patentes do Estado, que não mais pertencem à totalidade da população, mas, temporária ou permanentemente, ao domínio privilegiado de um ou outro grupo de cidadãos. Existe, então, o perigo de uma república deixar de ser a guardiã dos direitos de todos os seus cidadãos. Isto – costuma-se frisar entre monarquistas – é particularmente perigoso em nosso tempo. Hoje os direitos de grupos individuais e minoritários corre perigo maior que em todas as épocas precedentes. Concentrações de poder financeiro e amplas e poderosas organizações são em geral ameaças ao "homem pequeno". Particularmente numa democracia, ele tem grande dificuldade de obter atenção, uma vez que o setor populacional do qual faz parte não tem como organizar-se facilmente, e não tem grande importância econômica. Se o mais alto pináculo do Estado é manipulado em prol de partidos políticos, o desfavorecido não terá a quem recorrer por ajuda. Um dirigente monárquico, ou, por outra – o assim denominado – é independente, e votado imparcialmente a todos os cidadãos. Suas mãos não estão atadas ante algum poder; ele pode proteger os direitos do menos favorecido. Especialmente numa época de profundas transformações econômicas e sociais, esta é a maior importância que o cabeça de Estado precisa estabelecer acima dos partidos . . .
E, concluindo, a Coroa proporciona à vida política a estabilidade, sem a qual não se pode resolver grandes problemas. Numa república a firmeza dos alicerces é falha. Quem quer que esteja no poder tem de alcançar um sucesso positivo no mais curto espaço de tempo, sem o que não será re-eleito. Isto leva a políticas de alcance limitado, que não serão capazes de fazer frente a problemas de abrangência histórica mundial.
Há mais um ponto a considerarmos, antes que possamos responder a questão de qual forma de governo melhor servirá à comunidade no futuro. Falando em termos gerais, repúblicas democráticas representam um regime dominado pela legislação, ao passo que regimes autoritários são dominados pelo executivo. Há muito tempo que o poder judiciário não retém a primazia, como temos constatado. Ele funda sua expressão original nas monarquias Cristãs. É frequentemente esquecido o fato de que o dirigente honesto tem sido sempre o guardião da lei e da justiça. Os mais antigos monarcas – os reis da Bíblia – originaram-se das fileiras dos juizes. São Luiz de França observou a administração da justiça como sua mais nobre tarefa. O mesmo princípio pode ser visto nos muitos "Palatinados" alemães, desde quando o Conde Palatino (Palatinus) foi o guardião da lei e da justiça delegado pelo Rei-Imperador. A história das grandes monarquias medievais mostra que o poder legislador do rei – mesmo de um rei tão poderoso quanto Carlos V – era rigorosamente limitado por autonomias locais. O mesmo vale para as funções executivas. Ele não era, em princípio, um ministrador de leis ou cabeça do executivo; ele era um juiz. Todas as outras funções eram subordinadas, e exercidas apenas na medida necessária para efetivar sua função judicial.
A razão para tal arranjo institucional é clara. O juiz tem de interpretar o significado da lei e da justiça, e para fazê-lo, tem de ser independente. É essencial que ele não deva sua posição e função a homem algum. O supremo juiz, enfim, tem de estar em sua posição. Isto só é possível numa monarquia. Numa república, até o mais alto guardião da lei recebe sua posição de alguma outra fonte, pela qual é responsável ou da qual permanece, em certo grau, dependente. Este não é um estado de coisas satisfatório. Seu mais importante encargo não é adjudicar em disputas legais ocorrentes, mas manter a guarda sobre o propósito do Estado e da lei natural. Acima de tudo, a função do juiz supremo é cuidar para que toda a legislação esteja de acordo com os princípios fundamentais do Estado, isto é, com a lei natural. O direito monárquico de vetar a legislação, tramitando no parlamento, é uma reminiscência dessa função antiga…
A futura forma de Estado será algo totalmente novo, algo que representará princípios de validade eterna, na forma apropriada ao futuro, sem os erros do passado…
O caráter hereditário da função monárquica não encontra sua justificação apenas pela educação "profissional" do herdeiro do trono. Também não se trata somente de uma questão de continuidade no cume da hierarquia política, embora tal continuidade seja altamente desejável, em se tratando de uma questão de planejamento para gerações futuras. Sua mais fundamental justificação baseia-se no fato de que o dirigente hereditário deve sua posição não a um ou outro grupo social, mas somente à vontade de Deus. Tal é o verdadeiro significado da frequentemente mal compreendida expressão "pela graça de Deus", que sempre significa um dever e uma missão. Seria um erro para o dirigente por graça de Deus olhar a si próprio como um ser excepcional. Pelo contrário, as palavras "Pela graça de Deus" devem lembrá-lo de que ele não deve sua posição a seus próprios méritos, mas que precisa provar sua competência por incansáveis esforços em prol da justiça.
Assim como há muito a dizer sobre a transmissão hereditária da suprema posição do Estado, há também um sério inconveniente, já mencionado. Se a sucessão ocorre automaticamente, existe a possibilidade de ser o trono ocupado por um incompetente. Este é o grande perigo do sistema monárquico. Por outro lado, este perigo data apenas do período em que se estabeleceu o legitimismo inflexível de Versailles, e as salvaguardas existentes, de um ou de outro modo, nas monarquias mais clássicas desapareceram. Tais salvaguardas deveriam, portanto, ser instituídas nas futuras constituições monárquicas. Seria um erro legar tal função a corpos políticos, o que equivaleria a abrir a porta aos interesses privados. A decisão deve ser legada a um tribunal judicial. O rei, como o mais alto juiz constitucional do Estado, não pode exercer sua função num vácuo. Ele terá de ser assistido por um corpo representativo da autoridade judicial suprema, do qual ele constitui a cabeça. É tal corpo que determinaria se uma lei ou um regulamento é constitucional, ou seja, compatível com o propósito do Estado. Quando morre o dirigente, outro juiz continuará em função. O dever desse corpo seria confirmar a adequação de herdeiro presuntivo, e, se necessário, substituí-lo pelo próximo na linha sucessória.
A atividade do cabeça de Estado será, com certeza, transportada ao campo exclusivamente judicial. Ele terá de controlar o executivo, pois seu dever é cuidar para que as decisões do poder judiciário sejam postas em prática. Não obstante, todas essas tarefas ficarão em plano secundário. É em sua junção judicial que um monarca do Século 20 encontrará sua principal justificação.

Mais um plano de corte de gastos públicos

Mais um plano de corte de gastos públicos

Thomas Sowell
Uma vez que todos parecem ter seus próprios planos de como lidar com a crescente dívida nacional, deixem-me dar um palpite também.

terça-feira, 26 de abril de 2011

O ocaso do sindicalismo emergente

Elio Gaspari: O ocaso do sindicalismo emergente

Feito o acordo com os baronetes, a Camargo Corrêa anunciou que irá demitir 4.000 peões em Jirau


por Elio Gaspari | publicada em: 20/4/2011
Folha de S. Paulo, de São Paulo (SP)

ALGUÉM FEZ PAPEL de bobo em Jirau. Na segunda-feira, milhares de trabalhadores aceitaram um acordo coletivo negociado pela empreiteira Camargo Corrêa com a CUT e o sindicato dos operários na construção civil de Rondônia. Horas depois, a empreiteira anunciou que demitirá 4.000 empregados. Fez papel de bobo quem achou que essas demissões não ocorreriam.

Na semana passada, o ministro Gilberto Carvalho, secretário-geral da Presidência, antecipara a degola, argumentando que a construtora contratara gente demais. Aquilo que durante a campanha eleitoral era crescimento do emprego, virou "contratação desenfreada".

Há um mês, os peões do PAC fizeram na Amazônia o maior movimento de trabalhadores das últimas décadas. Parados, mais de 30 mil operários das hidrelétricas de Jirau e Santo Antônio conseguiram um acordo emergencial que lhes deu 5% de aumento real e pagamento regular de horas extras. Poucos dias depois, receberam a maior demissão em massa ocorrida desde o massacre da Embraer, em 2009.

É direito da Camargo Corrêa dispensar quantos funcionários queira. Não é razoável, contudo, que o Ministério do Trabalho e a nobiliarquia sindical façam de conta que nada aconteceu.

Na noite de segunda-feira, o portal da Força Sindical dedicou 74 palavras ao assunto, contra 838 para uma greve grega. A CUT, nem isso. Destaque, só na página da Conlutas, ligada ao minúsculo PSTU, o Partido Socialista dos Trabalhadores Unificado.

A justificativa da mudança de ritmo na obra pode ser sincera de parte da empreiteira, mas é capciosa quando vem do governo. Uma semana antes do quebra-quebra de Jirau, a presidente Dilma Rousseff pediu pressa nas obras das hidrelétricas da Amazônia.

Nenhum baronete das centrais sindicais perderia uma perna se pusesse a cara na vitrine, como fez Gilberto Carvalho (um petista histórico, formado na Pastoral Operária), sustentando que há lógica nas dispensas. O assunto foi tratado com o silêncio da floresta porque as obras estão no mato e os trabalhadores são peões. Se as demissões acontecessem numa grande cidade, degolando numa categoria com melhores salários e algum ativismo político, o barulho seria enorme.

Os baronetes do novo sindicalismo pregarão uma peça nos empresários que há anos veem neles exemplos de moderação. Ela poderá vir da mesma farinha que surpreendeu o andar de cima nos anos 70 com o surgimento dos metalúrgicos do ABC e de um barbudo chamado Lula.

Até então, federações, confederações e sindicatos de empregados variavam apenas na medida da docilidade. O peleguismo da ditadura ajudou a criar o PT. A nobiliarquia emergente começou a servir de tablado para a Conlutas e o PSTU.

Para ter uma ideia do que é essa novidade, seu programa defende o "rompimento com o FMI", a suspensão do pagamento da dívida pública, a expropriação de grandes empresas, reestatização daquelas que foram privatizadas, monopólio estatal do comércio exterior, bem como o congelamento de preços, tarifas e mensalidades escolares.

Tudo isso e mais reajuste mensal de salários. Em 1980, quando o PT foi fundado, defendia coisa muito parecida.

O direitismo : PSOL e o caso Bassuma - a favor do aborto?

*A favor do aborto? Psol e o caso Bassuma
*
A filiação do principal expoente da ofensiva contra o direito de aborto não
foi rejeitada pelo Psol, que já capitulou diante de Heloísa Helena,
apoiadora entusiástica de Bassuma, na mesma questão
 
23 de abril de 2011
 
Luiz Bassuma, líder da campanha de perseguição às mulheres que tem como eixo
central o aborto, não está com sua situação resolvida no Psol.
 
Bassuma, que saiu do PT e se lançou candidato pelo Partido Verde ao governo
da Bahia nas eleições de 2010 anunciou que sairia do partido no início desse
ano por divergências quanto a composições e novos filiados do partido
interessados em se candidatar nas eleições municipais de 2012.
 
Apesar de ter obtido mais de 200 mil votos, Bassuma perdeu o prestígio no
partido e como está sem mandato parlamentar, já que seu mandato como
deputado federal acabou em 2010, está buscando legenda para lançar-se
candidato em 2012.
 
Foi aí que surgiu o interesse do Psol. Como partido parlamentar,
eleitoreiro, a votação de Bassuma encheu os olhos do Psol que viu nele a
possibilidade de aumentar sua bancada. Por isso, no início de março os
dirigentes do Psol na Bahia fizeram oficialmente o convite para que o líder
da campanha da tropa de choque da direita contra os direitos das mulheres ao
aborto se filiasse ao partido.
 
A reação não demorou a acontecer. Causa Operária foi um dos primeiros a
denunciar o feito. Internamente no Psol logo surgiram manifestações, de
apoio entusiasmado e também críticas.
 
Apoio do MES e de Heloísa Helena
 
Segundo conta a imprensa local que acompanha o caso com curiosa atenção, a
legenda está rachada. Dirigentes locais do partido, vinculados ao MES-MTL
(Movimento Esquerda Socialista e Movimento Terra Trabalho e Liberdade) e
apoiados pela presidenta de honra do Psol e musa da direita, Heloísa Helena
(AL), além da ex-deputada Luciana Genro (RS) apóiam e defendem decididamente
a filiação e candidatura de Bassuma em 2012 pelo partido, enquanto que a
resistência estaria sendo oferecida pela tendência Ação Popular Socialista
(APS), que teria conquistado em convenção o direito de lançar o candidato a
prefeito pelo partido.
 
Como aliada de Bassuma em sua campanha persecutória contra mulheres desde os
tempos em que atuavam juntos no Congresso Nacional e viajando pelo País em
atos contra o direito ao aborto, Heloísa Helena, a candidata oficial da
Frente de Esquerda, tem manifestado repetidamente apoio ao ex-verde. No
início do mês ela publicou em seu twitter: "Oi, Querido! Li sua carta… está
ótima e só não compreende quem não quer. Tomara você possa ficar conosco no
partido! Beijos!".
 
Com a repercussão que o caso tomou em março, nas vésperas das comemorações
do Dia Internacional da Mulher, a direção nacional do partido se viu forçada
a tirar uma nota afirmando que seria a direção nacional quem decidiria sobre
o caso e que "uma comissão irá ouvi-lo para deliberação final na próxima
reunião da Executiva Nacional".
 
A comissão foi formada e, segundo a imprensa baiana, já ouviu o que Bassuma
tinha para dizer, mas a direção nacional do Psol ainda não conseguiu fazer
as contas dos votos que podem ser perdidos ou ganhados com a filiação ou não
de Bassuma e não deliberou sobre o assunto.
 
Nem de esquerda, nem socialista
 
Dentro do partido, setores de mulheres e LGBT chegaram a escrever nota de
repúdio contra a filiação de Bassuma, mas a criação de uma comissão para
ouvir o ex-deputado e a demora da direção em tomar uma posição definitiva
demonstra o modo como a luta e as reivindicações das mulheres são totalmente
negligenciadas pelo partido.
 
Por outro lado, a posição da direção é compreensível. Afinal, o partido vive
com uma contradição interna que é pública: como justificar a não filiação de
um defensor da condenação de mulheres por aborto se o partido, assim como
toda a Frente de Esquerda (PSTU-PCB-Psol) que lançou Heloísa Helena como
candidata à presidência da República em 2006, aceitou que ela se
posicionasse em rede nacional e publicamente contra o direito ao aborto?
Contrariando o programa do Psol e também da própria Frente de Esquerda? E
fez isso sob a alegação de que aquele era um posicionamento particular,
individual que deveria ser respeitado. Se tal argumento serviu para proteger
e lançar a candidatura de Heloísa Helena à presidência da República, porque
não serviria para filiar Luiz Bassuma?
 
A contradição foi explorada pelo baiano que escreveu uma carta à direção
nacional, "na qual afirma que permanece com o mesmo ideal, mas respeita as
posições divergentes dentro do partido". Diz ele: "Discordamos em uma coisa,
mas concordamos em outras 90". Em entrevista a um jornal local completou a
sentença, "eu não mudo minha posição. O partido que me aceitar terá que
aceitar minha postura sobre o assunto".
 
Toda essa situação serve para demonstrar a verdadeira posição da esquerda
pequeno-burguesa em relação às mulheres e é, na prática, uma desmoralização
de qualquer luta que as militantes do Psol procurem travar em defesa dos
direitos das mulheres.
 
A luta pelo direito ao aborto não é uma luta secundária das mulheres. É uma
luta e uma conquista democrática central. Primeiro porque se a mulher não
tem direito sobre o próprio corpo, dificilmente alcançará outras conquistas
e, segundo, porque é o cavalo de batalha da direita atualmente, com vistas a
escravizar a mulher no lar e, assim, dar um passo no sentido de aprofundar a
opressão contra toda a população.
 
Setores orientados pela Hierarquia da Igreja Católica e a Opus Dei, chegaram
ao ponto de acusar, investigar e processar quase 10.000 mulheres no Mato
Grosso do Sul (ação orquestrada em 2007 pelo então deputado Luiz Bassuma) e
que pretende ampliar essa perseguição para todo o Brasil através da abertura
de uma CPI do aborto no Congresso Nacional.
 
A esquerda que se cala diante disso e permite em seus quadros os principais
impulsionadores dessa ofensiva em troca de votos nas eleições burguesas não
pode ser chamada de esquerda, muito menos socialista ou revolucionária. As
mulheres do Psol devem se opor firmemente a isso.
 

O declínio do capitalismo

O declínio do capitalismo
Fim do crescimento global, ilusões imperiais e periféricas, alternativas
por Jorge Beinstein [*]

A "recuperação" foi apenas, um alívio passageiro obtida por uma sobredose de "estímulos" que preparou o caminho para uma recaída que se anuncia terrível.

As fanfarronices dos longínquos anos 1990 sobre o milénio capitalista neoliberal passaram a ser curiosidades históricas; talvez suas últimas manifestações (e já defensivas) foram as campanhas mediáticas, que nos assinalavam o rápido fim das "turbulência financeiras" e o imediato retorno da marcha triunfante da globalização.

Agora, ao iniciar o último trimestre de 2010, as expectativas optimistas do alto comando do planeta (chefes de estado, presidentes de bancos centrais, gurus da moda e outras estrelas dos "media") estão dando lugar a um pessimismo avassalador. Falam da trajectórias das economias centrais em forma de W, como se após o esvaziamento iniciado em 2007-2008 tivesse ocorrido uma recuperação real, hoje seguido por uma segunda queda, e em cujo término chegaríamos a uma expansão duradoura do sistema, algo como uma segunda penitência que permitiria às elites purgar seus pecados (financeiros) e retomar o caminho ascendente.

A "recuperação" foi apenas um alívio passageiro obtido por uma sobredose de "estímulos" que preparou o caminho para uma recaída que se anuncia terrível. Como o paciente não tem cura, a sua doença não é o resultado de um acidente, de uma mau comportamento ou de um ataque de um vírus (que a super ciência da civilização mais sofisticada da história, mais cedo ou mais tarde, possa controlar), mas sim o passar inexorável do tempo, o envelhecimento irreversível que chegou à etapa senil.

A modernidade capitalista já quase não tem horizontes de referência, o seu futuro visível se retrai a uma velocidade inesperada, a sua possível sobrevivência parece apenas ser possível em forma de um cenários monstruosos, marcados por genocídios, militarizações e destruições ambientais, cuja magnitude não tem precedentes na história humana.

O capitalismo tornou-se finalmente mundial, no sentido mais estrito do termo, logrando chegar até os recantos mais escondidos. Nesse sentido, pode dizer-se que a civilização burguesa de raiz ocidental é agora a única civilização no planeta (incluindo adaptações culturais muito diversas). Mas a vitória da globalização chega ao mesmo tempo em que começa o seu declínio; em outras palavras, se olharmos para este novo século a partir da perspectiva do domínio global de longo prazo do capitalismo, aparece-nos como a primeira etapa de seu declínio e, em consequência, a condição necessária, mas não suficiente, está instalada para a emergência do post capitalismo.

Despesas militares mundiais em 2010. Estamos entrando numa nova era caracterizada pela esfriamento do capitalismo global e pelos fracassos das tentativas para relançar as economias imperialistas, o que coincide com o atolamento na guerra colonial da Eurásia. Nesta área, os Estados Unidos e seus aliados estão a sofrer um desastre geopolítico o qual apresenta, numa primeira aproximação, a imagem de um império cercado. Mas por trás dessa imagem se desenvolve um processo surdo de relançamento imperialista, de nova ofensiva apoiada por seu aparato militar e uma ampla gama de dispositivos de comunicação e ideológicos que a acompanham. Os Estados Unidos vão configurando na sua marcha uma renovada estratégia global e uma política de estado cujos primeiros passos foram dados já no fim da presidência de George W. Bush e que tomou forma com a chegada de Obama à Casa Branca. O império decadente, como outros impérios decadentes do passado, tenta superar o seu declínio económico utilizando ao máximo aquilo que considera a sua vantagem comparativa: o aparato militar. Sua agressividade aumenta o ritmo do seu declínio industrial, comercial e financeiro, suas ilusões militaristas são a compensação psicológica para suas dificuldades diplomáticas e económicas e incentiva o desenvolvimento de aventuras perigosas, de massacres nas áreas periféricas e de atitudes neofascistas.

A nova estratégia inclui o lançamento de uma combinação de acções militares, comunicacionais e diplomáticas, destinadas a fustigar os inimigos e concorrentes, provocar disputas e desestabilizações, criando conflitos e situações mais ou menos caóticas capazes de debilitar as potências medias e grandes e a partir daí restaurar posições de força actualmente em declínio. Como exemplo, podemos citar a extensão da agressão contra o Afeganistão-Paquistão, as ameaças (e preparativos) de guerra contra o Irão e contra a Coreia do Norte, a provocação de contradições entre o Japão e a China, etc..

Além disso, desde o fim da era Bush, se desenvolvem grandes ofensivas sobre a África e especialmente sobre a América Latina, o tradicional quintal do fundo, hoje atravessado por governos esquerdizantes, mais ou menos progressistas que acabaram por configurar um espaço relativamente independente do amo colonial. Aí, a ofensiva dos EUA, aparece como um conjunto de acções concertadas com uma forte dose de pragmatismo, destinadas a recontrolar a região. Sua essência fica revelada quando se detecta o seu objectivo; não se trata agora principalmente de ocupar mercados, de dominar indústrias, de extrair benefícios financeiros, pois já não estamos no século XX. A mirada imperial aponta em direcção a recursos naturais estratégicos (petróleo, grandes territórios agrícolas produtores de biocombustíveis, água, lítio, etc). Em muitos casos as populações locais com suas instituições, sindicatos e o conjunto das suas redes sociais constituem obstáculos a seus projectos, barreiras a eliminar ou a reduzir ao estado vegetativo (nesse sentido, o que ocorreu no Iraque pode ser considerado um caso exemplar).

É necessário tomar consciência de que o poder imperial colocou em marcha uma estratégia de conquista de longo prazo no estilo daquela que implementou na Eurásia; trata-se de uma tentativa depredadora-genocida cujo único precedente na região foi o que ocorreu há quinhentos anos com a conquista colonial.

O fenómeno é tão profundo e imenso que se torna quase invisível aos olhares progressistas, maravilhados com os êxitos fáceis obtidos durante a década passada. Os "progressistas" buscam vias de negociação, equilíbrios "civilizados", oscilando de fracasso em fracasso porque o interlocutor racional para suas propostas só existe na sua imaginação. Hoje, o sistema de poder do império se apoia numa "razão de estado" baseada no desespero, produzida por um cérebro senil, em última instância, uma razão delirante que vê os acordos, as negociações diplomáticas ou as manobras políticas de seus próprios aliados-lacaios como portas abertas para os seus planos agressivos. A única coisa que realmente lhe interessa é recuperar os territórios perdidos, desestabilizar os espaços não controlados, golpear e golpear para voltar a golpear. A sua lógica se constrói sobre uma sonhada vaga de reconquista cuja magnitude por vezes ultrapassa os próprios estrategas imperiais (e obviamente, a um amplo leque de dirigentes políticos norteamericanos).

Mas o império está doente, é gigantesco mas está cheio de pontos fracos, o tempo corre contra ele, traz novos males económicos, novas degradações sociais e amplifica as áreas de autonomia e rebelião.

O esgotamento dos estímulos

No final de 2010 assistiu-se ao esgotamento dos incentivos financeiros injectados nas potências centrais, processo iniciado a partir do aprofundamento da crise global em 2007-2008.

O caso norte-americano foi descrito de maneira contundente por Bud Comrad, economista chefe da Casey Research: "Em 2009, o governo federal teve um défice fiscal de cerca de 1,5 milhões de milhões de dólares; por seu turno, a Reserva Federal gastou cerca de 1,5 milhões de milhões de dólares para comprar dívidas de hipotecas e, assim, evitar o colapso deste mercado. Isso significa que o governo gastou US$ 3 milhões de milhões para uma pequena recuperação avaliada em 3% do PIB, cerca de 400 mil milhões de dólares em crescimento económico. Pois bem, gastar 3 milhões de milhões de dólares para obter 400 mil milhões é um péssimo negócio… " [1] .

Com as políticas de "estímulo" (uma espécie de neokeynesianismo-neoliberal) não chegou a recuperação durável das grandes potências; o que realmente chegou foi uma avalanche de dívidas públicas: entre 2007 (último ano antes da crise) e 2010, a relação entre a dívida pública e o produto interno bruto passará de 64% a 84% na Alemanha, de 64% a 94% na França, de 63% a 100% nos Estados Unidos e de 44% a 90% na Inglaterra [2] .

Logo a seguir aconteceu o que inevitavelmente teria que acontecer: iniciou-se a segunda etapa da crise a partir da explosão da dívida pública grega que antecipava outras na União Europeia, afectando não só os países devedores mais vulneráveis mas também aos seus principais credores, diante dos quais se levantava a ameaça de uma sobreacumulação de activos de crédito-lixo: em fins de 2009, as dívidas dos chamados "PIIGS" (Portugal, Itália, Irlanda, Grécia e Espanha, ou seja, os países europeus expostos pelo sistema mediático como os mais vulneráveis) em relação a França, Inglaterra e Alemanha somavam uns 2 milhões de milhões de dólares, soma equivalente ao 70% do Produto Interno Bruto da França ou a 75% do da Inglaterra.

Se a primeira fase da crise foi marcada por incentivos do governo para o sector privado e a expansão da dívida pública, a segunda fase começa com o início do fim da generosidade do Estado (além de algumas possíveis futuras tentativas de reactivação): a chegada dos cortes de gastos, reduções salariais, aumentos nas taxas de juros, em síntese, a porta de entrada para uma época de contracção ou estagnação económica que se irá mantendo no tempo e se estendendo no espaço.

Estamos nos movendo para o arrefecimento do motor da economia global; os países do G7 sentem-se esmagados pela dívida na sequência de uma reactivação débil e efémera graças às políticas de subsídios. Suas dívidas públicas e privadas vieram crescendo até aproximarem-se agora do seu ponto de saturação; em 1990 as dívidas totais do G7 (públicas + privadas) representavam cerca de 160% da soma dos seus Produtos Internos Brutos; no ano 2000 tinham subido a 180% e em 2010 superavam 380% (110% para as dívidas pública e 270% para as dívidas privadas) [3] .

A escolha a enfrentar agora é simples: tentar acumular mais dívidas, o que lhes permitiria adiar a recessão por um tempo curto (com alta probabilidade de descontrole e elevada turbulência no sistema global), ou entrar em breve num período de recessão (com esperança de controle) que se anuncia muito prolongada; na realidade não se trata de duas alternativas antagónicas, mas sim de um único horizonte negro ao qual se pode chegar por distintos caminhos e a várias velocidades.

Hipertrofia financeira

A chuva de estímulos, transferências massivas de renda para as elites dominantes (com rendimentos aceleradamente decrescentes) aparece como o capítulo mais recente de um amplo ciclo de hipertrofia financeira originada nos anos 1970 (e talvez um pouco antes) quando o mundo capitalista, imerso em uma gigantesca crise de sobreprodução, teve que utilizar, a partir do seu centro imperial, os Estados Unidos, as suas duas muletas históricas: o militarismo e o capital financeiro. Por trás de ambos fenómenos se encontrava um velho conhecido: o Estado, aumentando os seus gastos bélicos, flexibilizando os seus controlos sobre os negócios financeiros, introduzindo reformas no mercado laboral que abaixavam os salários em relação aos aumentos da produtividade.

O processo foi encabeçado pela superpotência hegemónica mas integrando os dois espaços sub-imperialistas associados (Europa Ocidental e Japão). É necessário esclarecer que a unipolaridade no mundo capitalista, com as suas consequências económicas, políticas, culturais e militares, se iniciou em 1945 e não em 1991, embora a partir desta última data (com o derrube da URSS) se tenha tornado planetária.

Tratou-se de uma mudança de época, de uma transformação que permitiu controlar a crise embora degradando o sistema de forma irreversível. As grandes burguesias centrais se deslocaram na sua maior parte para as cúpulas dos negócios especulativos, fundindo interesses financeiros e produtivos, convertendo a produção e o comércio em complexas redes de operações governadas cada vez mais por comportamentos de curto prazo. A hegemonia parasitária, rasgo distintivo da era senil do capitalismo tomou conta dos grandes negócios globais e engendrou uma subcultura, na realidade uma degeneração cultural desintegradora, baseada no individualismo consumista que foi desestruturando os fundamentos ideológicos e institucionais da ordem burguesa. Daí derivaram os fenómenos de crise de legitimidade dos sistemas políticos e dos aparelhos institucionais em geral servindo de caldo de cultura para as deformações mafiosas das burguesias centrais e periféricas (complexo leque de lumpem-burguesias globais).

Tecto energético e "destruição criadora"

Do ponto de vista das relações entre o sistema económico e a sua base material, a depredação (como comportamento central do sistema) começou a tomar o lugar da reprodução. Na realidade, o núcleo cultural depredador existiu desde o grande avanço histórico do capitalismo industrial (em fins do século XVIII, principalmente na Inglaterra) e ainda antes durante o longo período pré-capitalista ocidental. Marcou para sempre os sistemas tecnológicos e o desenvolvimento científico, começando pelo seu pilar energético (carvão mineral e depois o petróleo) e seguindo por uma ampla variedade de explorações mineiras de recursos naturais não renováveis (essa exacerbação depredadora é um dos rasgos distintivos da civilização burguesa comparada com as civilizações anteriores); no entanto, durante as etapas de juventude e maturidade do sistema a depredação estava subordinada à reprodução ampliada do sistema.

A mutação parasitária dos anos 1970-1980-1990 não permitiu superar a crise de sobreprodução mas sim torná-la crónica, embora controlada, amortecida, exacerbando a pilhagem dos recursos naturais não renováveis e introduzindo grandes escalas técnicas que possibilitaram a sobre-exploração de recursos renováveis, violentando, destruindo os seus ciclos de reprodução (é o caso da agricultura baseada em transgénicos e herbicidas de alto poder destrutivo, como o glifosato). Isso ocorria quando vários desses recursos (por exemplo, hidrocarbonetos), se aproximavam do seu nível máximo de extração.

A avalanche do "curto-prazismo" (da financeirização cultural do capitalismo) liquidou toda possibilidade de planificação a longo prazo de uma possível reconversão energética, o que coloca o tema da viabilidade histórico-civilizacional das vias de reconversão (economia de energia, recursos energéticos renováveis, etc). Viabilidade no contexto das relações de poder existentes, das suas estruturas industriais e agrícolas, em síntese, do capitalismo concreto, inseparável da obtenção de "lucros-aqui-e agora". Não nos referimos já à probabilidade da sobrevivência das gerações futuras.

O sistema tecnológico do capitalismo não estava preparado para uma reconversão energética, a questão não era uma preocupação prioritária para as elites dominantes (o que não lhes impedia de "preocupar-se" com o problema). Não é a primeira vez na história do declínio das civilizações que os interesses imediatos das classes superiores entram em antagonismo com a sobrevivência a longo prazo.

O tecto energético que encontrou a reprodução do capitalismo converge com outros tectos de recursos não renováveis que afectarão rapidamente um amplo espectro de actividades mineiras. A isto se soma a exploração selvagem dos recursos naturais renováveis. Apresenta-se assim um cenário de esgotamento geral de recursos naturais a partir do sistema tecnológico disponível, mais concretamente, do sistema social e seus paradigmas, quer dizer, do capitalismo como estilo de vida (consumista, individualista, autoritário-centralizador-depredador).

Da crise crônica de sobreprodução para a crise geral de subprodução. O longo ciclo do capitalismo industrial.

Por outro lado, a crise de recursos naturais, indissociável do desastre ambiental, converge com a crise da hegemonia parasitária. Nas primeiras décadas da crise crónica, o processo de financeirização impulsionou a expansão consumista (sobretudo nos países ricos), a concretização de importantes projectos industriais e de subsídios públicos para a procura interna, de grandes aventuras militares imperialistas; mas ao fim do caminho as euforias se dissiparam para deixar a descoberto imensas montanhas de dívidas públicas e privadas. A festa financeira (que teve durante o seu trajecto numerosos acidentes) se converte em tecto financeiro que bloqueia o crescimento.

As turbulências de 2007-2008 podem ser consideradas como o ponto de partida para o crepúsculo do sistema; a multiplicidade de crises que explodiram nesse período (financeira, produtiva, alimentaria, energética) convergiram com outras como a ambiental ou a do Complexo Industrial Militar do Império, atolado nas suas guerras asiáticas. Esse somatório de crises não resolvidas travam, impedem, a reprodução ampliada do sistema.

Vista a partir do longo prazo, a sucessão de crises de sobreprodução no capitalismo ocidental durante o século XIX não marcou um simples encadeamento de quedas e recuperações a níveis cada vez mais altos de desenvolvimento das forças produtivas; o que acontecia é que a cada depressão o sistema se recompunha mas acumulando no seu trajecto massas crescentes de parasitismo.

O cancro financeiro irrompeu de forma triunfal, dominante entre fins do século XIX e começos do século XX, obtendo o controlo absoluto do sistema sete ou oito décadas depois; mas o seu desenvolvimento havia começado muito tempo antes, financiando estruturas industriais e comerciais cada vez mais concentradas e os estados imperialistas de onde se expandiam as burocracias civis e militares. A hegemonia da ideologia do progresso e do discurso produtivista serviu para ocultar o fenómeno, instalou a ideia de que o capitalismo, ao invés das civilizações anteriores, não acumulava parasitismo mas somente forças produtivas que, ao expandir-se, criavam problemas de inadaptação, superáveis no interior do sistema mundial, resolvidos através de processos de "destruição criadora". O parasitismo capitalista em grande escala, quando se tornava evidente, era considerado como uma forma de "atraso" ou uma "degeneração" passageira na marcha ascendente da modernidade.

Essa maré ideológica influenciou também boa parte do pensamento anticapitalista (em última instância "progressista") dos séculos XIX e XX, convencido de que a corrente imparável do desenvolvimento das forças produtivas terminaria por afrontar as relações capitalistas de produção, saltando por cima delas, esmagando-as com uma avalanche revolucionária de operários industriais dos países mais "avançados" aos quais se seguiriam os dos chamados "países atrasados". A ilusão do progresso indefinido ocultou a perspectiva da decadência e dessa maneira deixou a meio caminho o pensamento crítico, lhe retirou radicalidade, com consequências culturais negativas para os movimentos de emancipação dos oprimidos do centro e da periferia.

Por seu lado, o militarismo moderno tem as suas raízes mais recentes no século XIX, desde as guerras napoleónicas, chegando à guerra franco-prussiana, até irromper, na primeira guerra mundial, como "Complexo Militar Industrial" (embora seja possível encontrar antecedentes importantes no Ocidente nas primeiras indústrias de armamento de tipo moderno, aproximadamente a partir do século XVI). No seu começo, ele foi apercebido como um instrumento privilegiado das estratégias imperialistas e como reactivador económico do capitalismo, mas este é apenas um aspecto do fenómeno que ocultava ou subestimava a sua profunda natureza parasitária, o facto de que por trás do monstro militar ao serviço da reprodução do sistema se ocultava um monstro muito mais poderoso a longo prazo: o do consumo improdutivo, causador de défices públicos que, no fim do seu percurso, não incentivam mais a expansão mas sim a estagnação ou a contracção da economia.

Actualmente, o Complexo Militar Industrial norte-americano (em torno do qual se reproduzem os seus sócios da NATO) gasta em termos reais mais de um bilião (um milhão de milhões) de dólares, contribui de maneira crescente para o défice fiscal e, por conseguinte, para o endividamento do Império (e a prosperidade dos negócios financeiros beneficiários do dito défice). A sua eficácia militar é declinante mas a sua burocracia é cada vez maior, a corrupção penetrou em todas as suas actividades e já não é o grande gerador de empregos, como em outras épocas, pois o desenvolvimento da tecnologia industrial-militar reduziu significativamente esta função (a época do keynesianismo militar como eficaz estratégia anti-crise pertence ao passado). Ao mesmo tempo, é possível constatar que nos Estados Unidos se produziu uma integração de negócios entre a esfera industrial-militar, as redes financeiras, as grande empresas energéticas, os grupos mafiosos, as "empresas" de segurança e outras actividades muito dinâmicas, conformando assim o espaço dominante do sistema de poder imperial.

Nem a crise energética em torno da chegada do "Peak Oil" (a faixa de máxima produção petrolífera mundial, a partir da qual se desenvolve o seu declínio) deveria ser restringida à história das últimas décadas; é necessário entendê-la como a fase declinante do amplo ciclo da exploração moderna dos recursos naturais não renováveis, desde o começo do capitalismo industrial que pôde realizar o seu arranque e posterior expansão graças a esses combustíveis energéticos abundantes, baratos e facilmente transportáveis, desenvolvendo em primeiro lugar o ciclo do carvão, sob hegemonia inglesa no século XIX, e logo o ciclo do petróleo, sob hegemonia norte-americana no século XX. Este ciclo energético condicionou todo o desenvolvimento tecnológico do sistema e foi a vanguarda da dinâmica depredadora do capitalismo estendida ao conjunto dos recursos naturais e do ecossistema em geral.

Em síntese, o desenvolvimento da civilização burguesa durante os dois últimos séculos (com raízes num passado ocidental muito mais antigo) terminou por engendrar um processo irreversível de decadência; a depredação ambiental e a expansão parasitária, estreitamente interrelacionadas, estão na base do fenómeno. A dinâmica do desenvolvimento económico do capitalismo, marcada por uma sucessão de crises de sobreprodução, constitui o motor do processo depredador-parasitário que conduz inevitavelmente a uma crise prolongada de subprodução (o capitalismo obrigado a crescer e a depredar indefinidamente para não perecer, termina por destruir a sua base material). Existe uma interrelação dialéctica perversa entre a expansão da massa global de lucros, sua velocidade crescente, a multiplicação das estruturas burocráticas civis e militares de controlo social, a concentração mundial de rendimentos, a subida da maré parasitária e a depredação do ecossistema.

Isso significa que a superação necessária do capitalismo não aparece como o passo indispensável para prosseguir "a marcha do progresso", mas, em primeiro lugar, como tentativa de sobrevivência humana e do seu contexto ambiental.

A decadência é a última etapa de um amplo super ciclo histórico, sua fase declinante, seu envelhecimento irreversível (sua senilidade). Extremando os reducionismos, tão praticados pelas "ciências sociais", poderíamos falar de "ciclos" de distinta duração: energético, alimentar, militar, financeiro, produtivo, estatal, etc., e assim descrever em cada caso percursos que se iniciam no Ocidente, entre fins do século XVIII e começos do século XIX, com raízes anteriores e envolvendo espaços geográficos crescentes até assumir finalmente uma dimensão planetária, para, em seguida, cada um deles entrar em declínio. A coincidência histórica de todos esses declínios e a fácil detecção de densas interrelações entre todos esses ciclos nos sugerem a existência de um único super ciclo que os inclui a todos. Trata-se do ciclo da civilização burguesa que se expressa através de uma multiplicidade de "aspectos" (produtivo, moral, político, militar, ambiental, etc.).

Declínio do Império, relançamento militarista, ilusões periféricas e insurreição global

Toda a história do capitalismo gira, desde fins do século XVIII, em torno do domínio, primeiro inglês e em seguida estadunidense. Capitalismo mundial, imperialismo e predomínio anglo-norteamericano constituem um só fenómeno (agora decadente).

A articulação sistémica do capitalismo aparece historicamente indissociável do articulador imperial, mas num futuro previsível não aparece nenhum novo imperialismo global ascendente; em consequência, o planeta burguês vai perdendo uma peça decisiva do seu processo de reprodução. A União Europeia e o Japão são tão decadentes como os Estados Unidos. A China baseou a sua espectacular expansão numa grande ofensiva exportadora para os mercados, agora em declínio, dessas três potências centrais.

O capitalismo vai ficando à deriva a menos que prognostiquemos o surgimento próximo de um tipo de mão invisível universal (e burguesa) capaz de impor a ordem (monetária, comercial, político-militar,etc.). Neste caso estaríamos extrapolando ao nível da humanidade futura a referência à mão invisível (realmente inexistente) do mercado capitalista afirmada pela teoria económica liberal.

O declínio da maior civilização jamais conhecida na história humana apresenta vários cenários para o futuro: alternativas de auto-destruição e de regeneração, de genocídio e de solidariedade, de desastre ecológico e de reconciliação do homem com seu meio ambiente. Estamos retomando um velho debate sobre alternativas interrompido pela euforia neoliberal; a crise rompe o bloqueio e nos permite pensar o futuro.

Voltemos à reflexão inicial deste texto: o início do século XXI assinala um paradoxo crucial: o capitalismo assumiu claramente uma dimensão global, mas iniciou igualmente o seu declínio.

Por outro lado, cem anos de revoluções e contra revoluções periféricas produziram grandes mudanças culturais: agora na periferia (completamente modernizada, isto é, completamente subdesenvolvida) existe um enorme potencial de autonomia nas classes baixas. Ali se apresenta o que de maneira talvez demasiado simplista poderíamos definir como património histórico democrático forjado ao longo do século XX. Os povos periféricos submergidos construíram sindicatos, organizações camponesas, participaram em votações de todo o tipo, fizeram revoluções (muitas delas com bandeiras socialistas), reformas democratizantes; na maior parte das vezes fracassaram. Tudo isto forma parte da sua memória, não desapareceu; pelo contrário, é experiência acumulada, processada em geral de maneira subterrânea, invisível para os observadores superficiais. Isto foi reforçado pela própria modernização que, por exemplo, lhes fornece instrumentos comunicacionais que lhes permite interactuar, intercambiar informações, socializar reflexões. Finalmente, a decadência geral do sistema, o possível começo do fim da sua hegemonia cultural, abre um gigantesco espaço para a criatividade dos oprimidos.

A guerra euro-asiática engendrou um imenso pântano geopolítico do qual os ocidentais não sabem como sair, consolidou e estendeu espaços de rebelião e autonomia cuja contenção é cada dia mais difícil, situação perante a qual o Império redobra as suas ameaças e agressões. A Coreia do Norte não pôde ser dobrada, nem tão pouco o Irão, a resistência palestina segue de pé e Israel, pela primeira vez na sua história, sofreu uma derrota militar no sul do Líbano; a guerra do Iraque não pôde ser ganha pelos Estados Unidos o que os coloca ali numa situação na qual todos os caminhos conduzem à perda do poder nesse país.

No outro extremo da periferia, América Latina, o despertar popular transcende os governos progressistas e deteriora estrategicamente as poucas oligarquias direitistas que ainda controlam o poder político. O projecto estadunidense de restauração de "governos amigos" tropeça num escolho fundamental: a profunda degradação das elites aliadas, sua incapacidade para governar em vários dos países candidatos à viragem para a direita, sendo que o Império não pode (não está em condições) de deter ou desacelerar a sua ofensiva, à espera de melhores contextos políticos. O ritmo da sua crise sobredetermina a sua estratégia regional; em última instância, isto não é completamente diferente da situação na Ásia onde a dinâmica imperial combina a sofisticação e a variedade de técnicas e estruturas operativas disponíveis com um comportamento absolutamente rude.

Se observarmos o conjunto da periferia actual a partir do longo prazo histórico, vemos um poder imperial desorientado enfrentando uma onda gigantesca e plural de povos submergidos desde o Afeganistão até a Bolívia, desde a Colômbia até as Filipinas, expressão da crise da modernidade subdesenvolvida. É o começo de um despertar popular muito superior ao do século XX.

Em meio a estas tensões aparece um leque colorido de ilusões periféricas fundadas na possibilidade de gerar uma desconexão encabeçada pelas nações chamadas emergentes; o que é no fundo uma fantasia que não toma em consideração o facto decisivo de que todas as "emergências" (as da Rússia, China, Brasil, Índia, etc) se apoiam na sua inserção nos mercados dos países ricos. Se esses estados que vêm praticando neokeynesianismos mais ou menos audazes, compensando o esfriamento global, quisessem aprofundar esses impulsos de mercado interno e/ou interperiféricos, se encontariam, cedo ou tarde, com as barreiras sociais dos seus próprios sistemas económicos, ou, para descrevê-lo de outra maneira, com os seus próprios capitalismos realmente existentes, em especial, os interesses das suas burguesias financeirizadas e transnacionalizadas.

À medida que a crise se aprofunde, que as debilidades do capitalismo periférico se tornem mais visíveis, que as bases sociais internas das burguesias imperialistas se deteriorem e que o desespero imperial se agudize, a vaga popular global já em marcha não terá outro caminho senão o da sua radicalização, sua transformação em insurreição revolucionária. Complexa, possuindo distintas velocidades e com construções (contra)culturais diversas, avançando a partir de distintas identidades, até à superação do inferno. É somente a partir dessa perspectiva que é possível pensar o postcapitalismo, o renascimento (a reconfiguração) da utopia comunista, já não como resultado da "ciência" social elitista, a partir da superação pelo interior da civilização burguesa através de um tipo de "abolição suave" mas sim da sua negação integral em tanto que expansão ilimitada da pluralidade, recuperando as velhas culturas igualitárias, solidárias, elevando-as até um colectivismo renovado.

Os movimentos insurgentes da periferia actual costumam ser apresentados pelos meios globais de comunicação como causa perdidas, como resistências primitivas à modernização ou como o resultado da actividade de misteriosos grupos de terroristas. A resistência no Afeganistão e na Palestina ou a insurreição colombiana aparecem nessa propaganda protagonizando guerras que nunca poderiam ganhar frente a aparelhos super poderosos; não faltam os pacificadores profissionais que aconselham os combatentes a pôr de lado a sua intransigência e negociar alguma forma de rendição vantajosa "antes que seja tarde demais". O século XX deveria ser uma boa escola para aqueles que se impressionam com o gigantismo e a eficácia dos aparelhos militares (e dos aparelhos burocráticos em geral) porque este século viu o nascimento vitorioso dos grandes aparelhos modernos, como é hoje o Complexo Militar Industrial dos Estados Unidos, e também foi testemunha da sua ruína, da sua derrota diante de povos em armas, diante da criatividade e da insubmissão dos de baixo.

Nos anos 1990, os neoliberais nos explicavam que a globalização constituía um fenómeno irreversível, que o capitalismo havia adquirido uma dimensão planetária que arrasava com todos os obstáculos nacionais ou locais. Não se davam conta de que essa irreversibilidade, transformada pouco depois em decadência global do sistema, abria as portas a um sujeito inesperado: a insurreição global do século XXI; o tempo (a marcha da crise) joga a seu favor. O império e seus aliados directos e indirectos quiseram fazê-la abortar, começando por tentar apagar a sua dimensão universal, tratando mediaticamente de transformá-la (fragmentá-la) em uma modesta colecção de resíduos locais sem futuro, mas essas supostas resistências residuais possuem uma vitalidade surpreendente, se reproduzem, sobrevivem a todas as tentativas de extermínio e quando visionamos o percurso futuro do declínio civilizacional em curso, a profunda degradação do mundo burguês, o seu caminhar para a barbárie antecipando crimes ainda maiores, então a globalização da insurreição popular aparece como o caminho mais seguro para a emancipação das maiorias submergidas, o que é também a sua única possibilidade de sobrevivência digna.
NOTAS:
(1) Bud Comrad, 'Beyond the Point of No Return', GooldSeek, 12 de Maio de 2010.
(2) 'La explosion de la deuda pública. Previsiones de la OCDE para 2010', AFP,25-11-2009.
(3) Fonte: FMI, OCDE, McKinsey Global Institute.

Textos do autor em resistir.info:
# No princípio de uma longa viagem , 28/Dez/09
# A crise na era senil do capitalismo , 16/Mar/09
# Rumo à desintegração do sistema global , 04/Mar/09
# A junção depressiva global (radicalização da crise) , 18/Fev/09
# Rostos da crise: Reflexões sobre o colapso da civilização burguesa , 12/Nov/08
# Inflação, agronegócios e crise de governabilidade , 21/Jul/08
# O naufrágio do centro do mundo: Os EUA entre a recessão e o colapso , 08/Mai/08
# No princípio da segunda etapa da crise global , 13/Fev/08
# Estados Unidos: a irresistível chegada da recessão , 06/Jun/07
# O declínio do dólar… e dos Estados Unidos , 18/Jan/07
# A solidão de Bush, o fracasso dos falcões e o desinchar das bolhas , 27/Ago/07
# A irresistível ascensão do ouro , 03/Jul/06
# O reinado do poder confuso , 12/Abr/06
# Os primeiros passos da megacrise , 24/Jan/06
# As más notícias da petroguerra , 20/Jul/05
# Pensar a decadência: O conceito de crise em princípios do século XXI , 11/Abr/05
# Os Estados Unidos no centro da crise mundial , 01/Nov/04
# A segunda etapa do governo Kirchner , 07/Out/04
# A vida depois da morte: A viabilidade do pós-capitalismo , 07/Set/04

[*] Doutorado em economia e professor catedrático das universidades de Buenos Aires e Córdoba, na Argentina, e de Havana, em Cuba. É autor de 'Capitalismo senil: a grande crise da economia global', publicado no Brasil pela editora Record (2001). Dirige o Instituto de Pesquisa Científica da Universidade da Bacia do Prata e publica regularmente em Le Monde Diplomatique (em castelhano). Este texto é uma comunicação ao Primeiro Encontro Internacional sobre "O direito dos povos à revolta", Caracas 7-8-9 Outubro de 2010, o dia do guerrilheiro heróico.

A tradução em português foi publicada originalmente em http://www.ocomuneiro.com/nr12_2_jorgebeinstein.html

Este artigo encontra-se em http://resistir.info/ .

sexta-feira, 22 de abril de 2011

Ossadas de incofidentes são identificadas

Ossadas de inconfidentes são identificadas

Mais de 200 anos após suas mortes no degredo, na África, três inconfidentes – José de Resende Costa, Domingos Vidal Barbosa e João Dias da Mota – ganharão lugar no Panteão do Museu da Inconfidência/Ibram, em Ouro Preto (MG), juntando-se aos outros 13 inconfidentes já sepultados no monumento.

O sepultamento será feito em 21 de abril, Dia de Tiradentes, às 9h30min, com a presença da presidenta Dilma Roussef, da ministra da Cultura, Ana de Hollanda, e do presidente do Instituto Brasileiro de Museus (Ibram/Ministério da Cultura), José do Nascimento Junior, além do governador de Minas Gerais, Antonio Anastasia, e do diretor do museu, Rui Mourão.

A identificação das ossadas exigiu anos de estudos e uma parceria entre história e ciência. Com o trabalho de especialistas em odontologia legal da Unicamp, o Museu da Inconfidência – que desde 1980 realizava pesquisas históricas sobre o caso – pôde comprovar que os ossos, repatriados da África para o Brasil nos anos 1930, são mesmo dos três inconfidentes.

Os estudos foram realizados por equipe da Unicamp chefiada pelo professor Eduardo Daruge, doutor em odontogia legal. “Através de todas as informações obtidas e por exames técnicos posso dizer que temos de 98% a 100% de certeza de que as ossadas são dos três inconfidentes”, afirmou Eduardo Daruge, em coletiva à imprensa realizada no auditório do Ibram, nesta sexta-feira (15/4).

Ao todo, 26 nomes estão associados à Inconfidência Mineira e têm seus nomes registrados no Museu da Inconfidência, em Ouro Preto. Destes, 13 tiveram seus despojos identificados e estão sepultados no Panteão da Inconfidência. Com os despojos de José de Resende Costa, Domingos Vidal Barbosa e João Dias da Mota serão 16 inconfidentes identificados, os outros 10 têm paradeiro desconhecido. “Tudo o que pudermos acrescentar à história da Inconfidência Mineira é importante, até porque esses personagens (José de Resende Costa, Domingos Vidal Barbosa e João Dias da Mota) deram contribuição efetiva ao movimento”, explicou Rui Mourão.

Os inconfidentes identificadosJosé de Resende Costa, pai (1728-1798) – Era capitão do Regimento de Cavalaria Auxiliar da Vila de S. João e fazendeiro em Arraial da Laje, hoje chamado Resende Costa (MG).  José de Resende Costa, pai, foi preso em 1789, junto com seu filho de mesmo nome, e condenado à morte com outros inconfidentes. No degredo, foi contador e distribuidor forense até 1798, quando morreu. Seu filho voltou ao Brasil em 1803.

João Dias da Mota (1744 – 1793) – Nasceu em Vila Rica. Foi capitão do Regimento da Cavalaria Auxiliar da Vila de S. João e fazendeiro. Era amigo de Tiradentes. Morreu em setembro de 1793, nove meses após chegar a Cacheu, de uma epidemia que assolou a região.

Domingos Vidal de Barbosa (1761-1793) – Nasceu em Capenduva, de família abastada. Estudou medicina em Bordeaux, na França. Participou de forma discreta na conspiração. Encontrou-se com Thomas Jefferson (então embaixador na França e depois presidente americano) na Europa, quando teria obtido apoio à causa dos inconfidentes.

Os 13 inconfidentes já sepultados no Panteão do Museu da Inconfidência:
Inácio José de Alvarenga Peixoto
Tomaz Antônio Gonzaga
João da Costa Rodrigues
Francisco Antônio de Oliveira Lopes
Salvador Carvalho do Amaral Gurgel
Vitoriano Gonçalves Veloso
Vicente Vieira da Mota
Antônio Oliveira Lopes
José Aires Gomes
Luiz Vaz de Toledo Pisa
Domingos de Abreu Vieira
Francisco de Paula Freire de Andrada
José Álvares Maciel

(Ibram/ MinC)
Fonte: www.bancodeprojetosmi.com.br

Crise sistêmica global

Crise sistêmica global

Outono de 2011: Orçamento/Títulos do Tesouro/Dólar, as três crises americanas que vão provocar a Enorme Ruptura do sistema econômico, financeiro e monetário mundial.
 
por GEAB [*]
 
Em 15 de Setembro de 2010, o GEAB nº 47 intitulava: “Primavera de 2011:Welcome to the United States of Austerity / Rumo ao enorme pânico do sistema econômico e financeiro mundial”. No entanto, no fim do Verão de 2010, a maior parte dos peritos considerava, por um lado, que o debate sobre o déficit orçamental dos EUA permaneceria um simples objecto de discussões teóricas no seio da Beltway [1] ; por outro, que era impensável imaginar os Estados Unidos a lançarem-se numa política de austeridade uma vez que bastaria ao Fed continuar a imprimir dólares. Ora, como todos podem constatar desde há várias semanas, a Primavera de 2011 trouxe a austeridade aos Estados Unidos [2], a primeira desde a Segunda Guerra Mundial, e o estabelecimento de um sistema global fundado na aptidão do motor americano a gerar sempre mais riqueza (real nos anos 1950-1970, depois cada vez mais virtual a partir desta data).
 
Nesta fase, o LEAP/E2020 está pois em condições de confirmar que a próxima etapa da crise será realmente a "Enorme ruptura do sistema econômico, financeiro e monetário mundial"; e que esta ruptura acontecerá no Outono de 2011 [3]. As consequências monetárias, financeiras, econômicas e geopolíticas desta “Enorme ruptura” serão de uma amplitude histórica e farão a crise do Outono de 2008 parecer aquilo que ela realmente foi: um simples detonador.
 
A crise no Japão [4], as decisões chinesas e a crise das dívidas na Europa certamente desempenharão um papel nesta ruptura histórica. Em contrapartida, consideramos que a questão das dívidas públicas dos países periféricos daEurolândia não é mais o fator de risco dominante na Europa, mas que é o Reino Unido que se encontra na posição do “doente da Europa” [5]. A zona Euro pôs em ação e continua a melhorar todos os dispositivos necessários para tratar destes problemas [6]. A gestão dos problemas grego, português, irlandês, etc. será feita, portanto, de maneira organizada. Investidores privados deverão arcar com descontos (como antecipado pelo LEAP/E2020 antes do Verão de 2010)[7], mas isso não pertence à categoria dos riscos sistêmicos, o que desagrada oFinancial Times, o Wall Street Journal e peritos da Wall Street e da City que tentam a cada três meses refazer o “golpe” da crise da zona Euro do princípio de 2010 [8].
 
Em contrapartida, o Reino Unido fracassou completamente na sua tentativa de “amputação orçamentária preventiva” [9]. Com efeito, sob a pressão da rua e nomeadamente dos mais de 400 mil britânicos que enchiam as ruas de Londres em 26/02/2011 [10], David Cameron viu-se obrigado a rever em baixa seu objetivo de redução das despesas de saúde (um ponto chave das suas reformas)[11]. Paralelamente, a aventura militar líbia obriga igualmente a rever seus objetivos de cortes orçamentais no Ministério da Defesa. Já havíamos indicados no último GEAB que as necessidades de financiamento público britânico continuavam a aumentar, sinal da ineficácia das medidas anunciadas cuja execução na realidade revela-se muito decepcionante [12]. O único resultado da política do tandem Cameron/Clegg [13]é por enquanto a recaída da economia britânica na recessão [14]e o risco evidente de implosão da coligação no poder na sequência do próximo referendo sobre a reforma eleitoral.
 
Neste GEAB nº 54, nossa equipe dedica-se pois a descrever os três fatores-chave que determinam esta Enorme Ruptura global do Outono de 2011 e suas consequências. Paralelamente, nossos investigadores começaram a antecipar a evolução da operação militar franco-anglo-americana na Líbia que consideramos ser um poderoso acelerador do deslocamento geopolítico mundial e esclarece utilmente certas mudanças tectônicas agora em curso nas relações entre grandes potências mundiais. Além disso, no Índice GEAB $, desenvolvemos as nossas recomendações para enfrentar os perigosos trimestres que estão para vir.
 
Fundamentalmente, o processo que se desenrola sob os nossos olhos, e de que a entrada dos Estados Unidos numa era de austeridade [15]é uma simples expressão orçamental, não é senão a sequência do apuramento dos 30 milhões de milhões de ativos fantasmas que invadiram o sistema econômico e financeiro mundial no fim de 2007 [16]. Se cerca da metade deles havia desaparecido durante 2009, eles em parte ressuscitaram desde então pela vontade dos grandes bancos centrais mundial e em particular pela Reserva Federal dos EUA e suas “Facilidades quantitativas 1 e 2” (“Quantitative Easings 1 e 2”). Ora, nossa equipe estima que são 20 milhões de milhões destes ativos-fantasmas que se vão desvanecer em fumo a partir do Outono de 2011, e de um modo muito brutal sob o efeito conjugado das três mega-crises estado-unidenses em gestação acelerada:
 
- a crise orçamental, ou como os Estados Unidos mergulham de bom grado ou à força nesta austeridade sem precedentes e vão com isso arrastar panos inteiros da economia e das finanças mundiais
- a crise dos Títulos do Tesouro dos EUA, ou como a Reserva Federal atinge o "fim do caminho" encetado em 1913 e terá de enfrentar a sua falência qualquer que seja a camuflagem contabilística escolhida
- a crise do dólar americano, ou como os sobressaltos da divisa dos EUA que vão caracterizar a travagem da Quantitative Easiang 2 no segundo trimestre de 2011 serão as premissas de uma desvalorização maciça (da ordem dos 30% em algumas semanas).
 
Bancos centrais, sistema bancário mundial, fundos de pensão, multinacionais, matérias-primas, população americana, economias da zona dólar e/ou dependentes das suas trocas com os Estados Unidos [17]... Este é o conjunto dos operadores estruturalmente dependentes da economia dos EUA (de que o governo, o FED e orçamento federal tornaram-se os componentes centrais), dos ativos denominados em dólar ou das transações comerciais em dólares que vão sofrer o choque frontal de 20 milhões de milhões de ativos-fantasmas a pura e simplesmente desaparecerem dos seus balanços, das suas aplicações e provocando uma grande baixa nos seus rendimentos reais.
 
Em torno deste choque histórico do Outono de 2011, que marcará a afirmação definitiva das tendências fortes antecipadas por nossa equipe nos GEAB anteriores, as grandes categorias de ativos vão experimentar grandes turbulências exigindo uma vigilância acrescida de todos os operadores preocupados com os seus investimentos e aplicações. Com efeito, esta tripla crise estadunidense marcará a verdadeira saída do “mundo após 1945” que viu os Estados Unidos desempenharem o papel de Atlas e será portanto marcada por choques e réplicas múltiplas no decorrer dos trimestres que se seguirão.
 
Exemplo: o dólar pode experimentar a curto prazo efeitos que reforçam o seu valor em relação às principais divisas mundiais (nomeadamente se as taxas de juros dos EUA elevarem-se muito rapidamente após o fim da Quantitative Easing 2), mesmo que, ao cabo de seis meses, sua perda de valor de 30% (em relação ao seu valor atual) seja inelutável. Não podemos, portanto, senão repetir o conselho figura à cabeça das nossas recomendações desde o princípio dos nossos trabalhos sobre a crise: no quadro de uma crise global de amplitude histórica como esta que atravessamos, o único objetivo racional para os investidores e os poupadores não é ganhar mais, mas sim tentar perder o menos possível.
 
Isso vai ser particularmente verdadeiro para os próximos trimestres em que o ambiente especulativo vai-se tornar altamente imprevisível no curto prazo. Esta imprevisibilidade a curto prazo tem a ver nomeadamente com o fato de que as três crises americanas que desencadearão a Enorme Ruptura mundial do Outono não estão sincronizadas. Elas estão estreitamente correlacionadas, mas não de maneira linear. E uma dentre elas, a crise orçamentária, está diretamente dependente de fatores humanos muito influentes no calendário do seu desenrolar; ao passo que as duas outras (seja o que for que pensem aqueles que vêem nos responsáveis do FED deuses ou diabos [18]) doravante no essencial estão inscritas nas tendências fortes em que a ação dos dirigentes americanos tornou-se marginal [19].
 
A crise orçamentária, ou como os Estados Unidos mergulham de bom grado ou à força nesta austeridade sem precedente e vão arrastar vastos setores da economia e das finanças mundiais.
 
Os números podem dar vertigens: “6 milhões de milhões de cortes orçamentais em dez anos” [20], diz o republicano Ryan, “4 milhões de milhões em doze anos”, replica o já candidato para 2012 Barack Obama [21], “tudo isso está longe de ser suficiente” agrava uma das referências do Tea Parties, Ron Paul [22]. E de qualquer modo, sanciona o FMI, “os Estados Unidos não são críveis quando falam em reduzir seus défices” [23]. Esta observação inabitualmente brutal do FMI, tradicionalmente muito prudente nas suas críticas aos Estados Unidos, é particularmente justificada em relação ao psicodrama que, por causa de um punhado de dezenas de milhares de milhões de dólares, quase fechou o estado federal por falta de acordo entre os dois grandes partidos. Um cenário que vai igualmente reproduzir-se proximamente a propósito do tecto de endividamento federal.
 
O FMI não faz senão exprimir uma opinião amplamente partilhada pelos credores dos Estados Unidos: se por causa de algumas dezenas de milhares de milhões de dólares de redução dos déficits o sistema político americano atinge um tal grau de paralisia, o que se vai passar quando nos próximos meses vão-se impor reduções de várias centenas de milhares de milhões de dólares por ano? A guerra civil? Esta é a opinião em todo caso do novo governador da Califórnia, Jerry Brown [24], o qual considera que os Estados Unidos enfrentam uma crise de regime idêntica àquela que conduziu à Guerra de Secessão [25].
 

O contexto, portanto, já não é de simples paralisia, mas antes, de uma confrontação geral entre duas visões do futuro do país. Quanto mais a data das próximas eleições presidenciais (Novembro de 2012) se aproximar, mais a confrontação entre os dois campos irá intensificar-se e desenrolar-se com desprezo para com todas as regras de boa conduta, incluindo a salvaguarda do interesse geral do país: “Os deuses tornam loucos aqueles que eles querem perder” diz Ulisses na Odisseia. A cena política washingtoniana vai assemelhar-se cada vez mais a um hospital psiquiátrico [26] nos próximos meses, tornando cada vez mais provável, tornando cada vez mais provável “decisões aberrantes”. 
 
Se, para se tranquilizarem acerca do dólar dos Títulos do Tesouro, os peritos ocidentais repetem em uníssono que os chineses seriam loucos em se desembaraçarem destes ativos o que não faria senão precipitar a queda de valor, é porque ainda não compreenderam que é de Washington e dos seus comportamentos erráticos que pode vir a decisão que precipitará esta queda. E Outubro de 2012, com a sua votação tradicional do orçamento anual, vai proporcionar o momento ideal para esta tragédia grega que, segundo nossa equipe, não terá happy end pois não é Hollywood e sim o resto do mundo que vai escrever o cenário seguinte.
 
Seja qual for o caso, por decisão política deliberada, por encerramento do governo federal ou por pressões externa irresistíveis [27] (taxa de juros, FMI + Eurolândia + BRIC [28]), é certamente no Outono de 2011 que o orçamento federal dos EUA se vai contrair maciçamente pela primeira vez. O prosseguimento da recessão conjugado com o fim da Quantitative Easing 2 vai fazer subir as taxas de juros e portanto aumentar consideravelmente o serviço da dívida federal, num fundo de receitas fiscais em baixa [29] por causa da recaída numa recessão forte. A insolvência federal doravante está logo ali na esquina segundo Richard Fisher, o presidente da Reserva Federal de Dallas [30].
 
A sequência no GEAB (para assinantes):
 
- a crise dos Títulos do Tesouro dos EUA, ou como a Reserva Federal atingiu o “fim do caminho” encetado em 1913 e deve enfrentar a sua falência seja qual for a camuflagem contabilística escolhida
 
- a crise do dólar americano, ou como os sobressaltos da divisa estadunidenses que caracterizarão a travagem da Quantitative Easing 2 no segundo trimestre de 2011 serão as premissas de uma desvalorização maciça (da ordem dos 30% em algumas semanas).
 
Notas:
 
(1) Expressão americana que designa o núcleo político-administrativo de Washington, situado no interior da rodovia circular local, a Beltway.
 
(2) Desde machadadas nos orçamentos da acção internacional dos Estados Unidos até às reduções dos programas sociais, das organizações públicas e de categorias inteiras da população americana (latinos, pobres, estudantes, reformados, ...) vão ser a partir de agora duramente afetados pelo que ainda não é senão uma gota de água nos ajustamentos necessários. Os protestos populares começam com os estudantes à cabeça. Fontes: House of Representatives , 13/04/2011; Devex , 11/04/2011; HuffingtonPost , 13/04/2011; Foxnews, 14/04/2011; Foxbusiness , 12/04/2011
 
(3) O sistema bancário mundial (Europa inclusive), sempre subcapitalizado e amplamente insolvente, é igualmente um dos elementos desta Enorme Ruptura do Outono de 2011.
 
(4) No GEAB nº 55, nossa equipe apresentará suas antecipações sobre a questão do nuclear no mundo, incluindo a utilização do método de antecipação política como ferramenta de tomada de decisão neste assunto.
 
(5) A amplitude da crise orçamental no Reino Unido é infinitamente mais grave do que contam os atuais dirigentes britânicos que contudo se jactam de ter um discurso da verdade. Há de fato dois meios de mentir a um povo: negar a existência de um problema (a posição do Labour de Gordon Brown) ou então não confessar senão uma parte da verdade (visivelmente a escolha do tandem Cameron/Clegg). Em ambos os casos, o problema não é resolvido. Fonte: Telegraph , 26/03/2011
 
(6) E, a partir de agora e do estabelecimento definitivo da Eurolândia como principal motor europeu aquando da cimeira de 11 de Março último, os quatro países que não participam no pacto "Eurolândia+" de estabilização financeira, ou seja, o Reino Unido, a Suécia, a Hungria e a República Checa, serão convidados a deixar a sala das cimeiras nas discussões sobre as questões financeiras e orçamentais ligadas ao pacto.   O EUObserver de 29/03/2011 descreve o pânico que se apoderou das delegações destes quatro países cujos dirigentes desempenham o papel de brutamontes diante dos media e nos discursos destinados às suas respectivas opiniões públicas, mas que sabem muito bem que doravante estão encurralados num papel europeu de segunda classe.
 
(7) Font: Irish Times , 22/03/2011
 
(8) É preciso ler a respeito o artigo muito pertinente e muito divertido de Silvi Wadhwa, correspondente na Europa da CNBC, que ridiculariza o caricatural discurso anti-Eurolândia e anti-alemão dos seus colegas dos outros media anglo-saxões; e que recorda muito justamente que as diferenças de situações econômicas são ainda mais importantes entre estados americanos do que no interior da Eurolândia e que os problemas de endividamento da Grécia ou de Portugal nada são quando comparados àqueles de um estado como a Califórnia. Fonte: CNBC , 12/04/2011
 
(9) Retornaremos mais especificamente ao caso britânico no GEAB nº 55, exatamente um ano após a vitória da coligação Conservadores/Liberais Democratas.
 
(10) Este protesto contra os cortes orçamentais constituiu a mais importante manifestação em Londres desde há mais de vinte anos e foi acompanhada de graves violências “anti-ricos” via ataques, por exemplo, contra o HSBC, o hotel Ritz ou a loja Fortnum & Mason. Como sublinhamos por diversas vezes no GEAB, é muitíssimo significativo constatar que esta manifestação histórica do Reino Unido praticamente não tenha se transformado em manchetes nos media, onde se tornou invisível 48 horas após o seu acontecimento. Quando milhares de cidadãos gregos ou portugueses se manifestam em Atenas ou em Lisboa, em contrapartida, temos direito a uma avalanche de imagens-choque e de comentários descrevendo países à beira do caos. Este "dois pesos e duas medidas" não devem enganar o observador lúcido. Por um lado, há graves dificuldades que doravante são geridas no seio de um conjunto poderoso, a Eurolândia; do outro, há grandes dificuldades que não conseguem mais ser geridas por um país completamente isolado. Acredite nos media ou então reflita por si mesmo para adivinhar a sequência! Fonte: Guardian , 26/03/2011
 
(11) Fonte: Independent , 03/04/2011
 
(12) Além disso, os mercados financeiros percebem e realmente já não acreditam na mensagem de austeridade marcial do governo britânico, arrastando de novo a libra esterlina numa espiral descendente. Fonte: CNBC , 12/04/2011
 
(13) Nick Clegg tornou-se o político mais odiado do Reino Unido por ter traído um a um quase todos os seus compromissos eleitorais. Fonte: Independent , 10/04/2011
 
(14) E empurrar as famílias britânicas para uma perda de poder de compra semelhante unicamente àquelas da crise do pós primeira guerra mundial, em 1921. Fonte: Telegraph ,11/04/2011
 
(15) Como fizeram os europeus desde 2010.
 
(16) Estimativa média feita pelo LEAP/E2020 em 2007/2008.
 
(17) Para além do comércio exterior tradicional, o gráfico abaixo mostra a amplitude da redução das transferências para os seus países de origem por parte dos trabalhadores emigrados nos Estados Unidos, devido à baixa do US dólar. Esta redução ainda vai ampliar-se mais a partir de Outono de 2011.
 
(18) Nos Estados Unidos, hoje é a visão diabólica que está amplamente imposta na opinião pública, ao contrário de 2008 em que os responsáveis do Fed pareciam ser o último recurso. Esta mudança psicológica, como sublinhamos, não é um pormenor e contribui fortemente para limitar a margem de manobra dos dirigentes do FED. E não é a derrota judicial histórica do Banco Central dos EUA, que foi obrigado a revelar os destinatários das centenas de milhares de milhões de dólares de ajuda distribuídos após a crise da Wall Street de 2008, que vai obrigar melhorar esta situação, muito pelo contrário. Uma anedota simples, revelada pela revista Rollingstone, ilustra o agravamento das queixas do povo americano contra os seus banqueiros centrais: a título de beneficiários destas ajudas do Fed, encontram-se as mulheres de duas grandes figuras da Wall Street que criaram um instrumento sob medida permitindo-lhes receber US$200 milhões do FED para recompra de créditos apodrecidos... Com os benefícios revertendo-lhe e as perdas indo para o FED! Isto é infelizmente um exemplo dentre muitos outros que circulam atualmente na Internet e que romperam, já definitivamente, o respeito do povo americano para com a sua instituição monetária de referência. Uma situação explosiva no contexto da crise atual. Fonte:Rollingstone , 12/04/2011
 
(19) O destino do dólar, tal como o dos Títulos do Tesouro dos EUA, doravante no essencial está nas mãos dos operadores do resto do mundo que examinarão de maneira muito "clínica" a saída do Quantitative Easing 2 que se impõe ao Fed no decorrer do segundo trimestre de 2011. É a sua opinião colectiva (já muito crítica), e não a "comunicação" do Fed, que será decisiva.
 
(20) Fonte: Politico , 04/04/2011
 
(21) Fonte: Boston Herald, 13/04/2011
 
(22) Fonte: Huffington Post , 11/04/2011
 
(23) E tanto mais que eles continuam a bater recordes de necessidades de financiamento para os seus déficits, e que o déficit previsto durante uma década pelos compromissos de Obama monta a US$9500 mil milhões. Por um lado, ele concebe políticas que aumentam o déficit, por outro anuncia objetivos de redução. Realmente pouco crível. Fontes: CNBC , 13/04/2011; Washington Post , 18/03/2011
 
(24) Brown é uma personalidade americana original que tem uma longa experiência política uma vez que já foi governador da Califórnia de 1975 a 1983, e duas vezes candidato à investidura democrática para o posto de presidente dos Estados Unidos. A sua opinião sobre o estado de ruína do sistema político dos Estados Unidos não é, portanto, para tomar de ânimo leve. Fonte: CBS , 10/04/2010
 
(25) Àqueles que consideram a imagem ousada, nossa equipe recorda que uma das principais causas da Guerra de Secessão foi a visão irreconciliável do que devia ser o estado federal e o seu papel. Hoje, em torno das questões orçamentárias, do papel do FED, das despesas militares e das despesas sociais, vê-se novamente emergirem duas visões diametralmente opostas do que deve ser e fazer o estado federal, com o seu cortejo de bloqueios institucionais crescentes e um ambiente de ódio entre forças políticas. Já demos numerosas ilustrações nos GEAB anteriores. Fonte: Americanhistory
 
(26) Como qualificar de outra forma pessoas que, à custa de crises repetidas, conseguiram sacar algumas dezenas de milhares de milhões de um orçamento e que se põem agora a anunciar urbi et orbi que amanhã vão sacar mais milhões de milhões de dólares destes mesmos orçamentos? Loucos ou mentirosos? De qualquer forma inconscientes, pois acumulam-se constrangimentos que em todos os casos exigem reduções de déficits.
 
(27) As dívidas públicas mundiais estão no ponto máximo desde 1945 e, com 10,8% do PNB, os Estados Unidos tornaram-se o primeiro grande país em termos de déficit público. Fontes: Figaro , 12/04/2011; Bloomberg , 12/04/2011
 
(28) A propósito dos BRIC (doravante BRICS, com a África do Sul), é muito interessante notar que a sua terceira cimeira, reunida na ilha tropical chinesa de Hainan, beneficia finalmente de uma cobertura mediática significativa da parte dos media ocidentais. Nós fizemos parte dos primeiros e das raras publicações ocidentais a mencionar a primeira cimeira (em Ekaterinenbourg) e a sublinhar a importância do acontecimento há três anos, mas, até o presente, a grande imprensa internacional persistia em considerar os BRICS como um simples acrônimo sem dimensão geopolítica séria. As coisas mudaram visivelmente. Além disso, desde a Líbia até o dólar, a cimeira de Hainan posicionou-se claramente em contrapeso aos Estados Unidos e seus procuradores (cada vez menos numerosos em relação ao que se passa na Líbia). Quanto ao dólar, os BRICS decidiram acelerar o processo que lhes permitirá utilizarem as suas próprias divisas no seu comércio: outro sinal de que nos aproximamos muito rapidamente de um violento choque monetário. Fonte: CNBC , 14/04/2011
 
(29) Aqueles que ainda acreditam uma melhoria da situação econômica americana, para além do efeito “dopagem” da Quantitative Easing 2, deveriam dar atenção à moral das PME nos Estados Unidos que recomeça a degradar-se fortemente e à ficção da melhoria no emprego que será brutalmente corrigida (mesmo nas estatísticas oficiais) a partir do Verão de 2011. E remetemos aos GEAB anteriores quanto à crise fiscal dos estados federados. Fontes: MarketWatch , 12/04/2012; New York Post , 12/04/2011
 
(30) Fonte: CNBC, 22/03/2011
 
Abril/2011
 
[*] Global Europe Anticipation Bulletin - GEAB
 
Comuniqué nº 54 de15 de abril de 2011
Este comunicado traduzido foi retirado de Resistir .